Misiones: tras los pasos del yaguareté
PUERTO ESPERANZA, Misiones.-Parece el nombre de una película de espionaje: Proyecto tigre . Y algo de eso tiene, porque seguirle el rastro al yaguareté, el rey de la selva misionera que la gente del lugar insiste en llamar tigre , no es sencillo.
Desde hace dos años, un grupo de científicos que trabaja en el Centro de Investigaciones Subtropicales del Parque Nacional Iguazú, Misiones, está estudiando el comportamiento de los grandes felinos, principalmente el del yaguareté. Los investigadores los siguen por tierra y también desde el aire. Son animales a los que previamente se les colocó un radiocollar provisto de un transmisor. También se despliegan trampas fotográficas en puntos clave y se ensayan distintos métodos para evitar el paso de los felinos hacia algunas zonas problemáticas.
En un principio, el trabajo se realizó casi a pulmón. Luego, gracias a los auspicios de la Fundación Vida Silvestre y de la petrolera Esso se le pudo dar continuidad.
El proyecto surgió de la necesidad de imponer una tregua entre una especie en vías de extinción como el yaguareté, y los colonos que poseen sus chacras en zonas aledaneas al parque.
Pero la tarea es compleja. No es facil mediar entre estos adversarios. Los felinos comen el ganado de los colonos y los colonos matan a los felinos, y ambos tienen buenos argumentos.
La selva ya no es lo que era
Los vecinos del parque son pequeños granjeros; familias muy pobres. Y un yaguareté es un rival de temer: en una sola noche les puede matar hasta 12 de las 30 ovejas que posee en promedio cada granja. Por eso, ante un felino, poco les importa el ecosistema y las leyes que castigan con multas muy elevadas el exterminio de una especie que el gobierno consideró monumento natural provincial.
El Yaguareté también tiene sus razones. De su territorio original, que corría desde el sur de Estados Unidos hasta el río Colorado en la Argentina, hoy sólo quedan manchones de selva desparramados desde el sur de México hasta el norte de nuestro país (aquí viven únicamente en la zona de las yungas de Salta y Jujuy, y el norte de Misiones). Como el yaguareté se ubica en el tope de la cadena alimentaria, cualquier trastorno en el ecosistema, cualquier especie que se vea afectada, puede poner en peligro su existencia. Otros animales, incluso felinos menores, pueden tolerar ciertos cambios ecológicos, pero el yaguareté no.
Podría suponerse que dentro del parque, la cadena alimenticia debería mantenerse intacta "Esto es así en la zona central -explicó a La Nación la bióloga Karina Schiaffino, a cargo de la investigación-. Pero en los bordes del parque los colonos practican la caza furtiva, compitiendo en el nivel alimenticio con los felinos. Cuando las presas escacean, los yaguareté necesitan buscar otras opciones. Entonces atacan a los animales domésticos".
Los investigadores ya están buscando soluciones al problema.
Por un lado se ha tratado de educar a la población de la zona. El año pasado, la bióloga y un maestro trabajaron con los niños de las escuelas de Andresito (la zona junto al parque que padece los mayores problemas).
Sin embargo Schiaffino sostuvo que la educación ambiental suministrada a un pequeño grupo de niños durante un solo año no es suficiente para cambiar la mentalidad de los habitantes de la región. El efecto recién podría apreciarse a muy largo plazo y si se realizara masivamente, durante un tiempo prolongado.
Por otro lado se está tratando de experimentar con cercas electrificadas que impidan el paso de los felinos a las chacras. "Estamos probando hasta qué altura debería alcanzar el cerco para que los felinos no pasen -continuó Schiaffino-. En un principio, parecía que con 80 centímetros funcionaban. El yaguareté, a diferencia de otros animales, es bastante tímido, y en cuanto encuentra una dificultad o un elemento extraño prefiere regresar al monte. Pero contra lo predicho, un yaguareté saltó el alambrado. Ahora estamos probando con cercas de dos metros. Como los colonos son muy humildes, lo ideal sería conseguir fondos del gobierno o de empresas para poder construirlas".
Felinos viajeros
Cercar todo el parque no sería una solución, ya que los yaguaretés se extinguirían en algunas generaciones. Esto se debe a que cada población de animales debe tener un valor mínimo de individuos para evitar la endogamia, intercambiar genes y así perdurar en el tiempo.
En este sentido, el número de felinos que habitan en el parque no es suficiente para garantizar las continuidad de la especie. Sin embargo, el lugar no admite más ejemplares: "Cada yaguareté se adueña de un territorio de unos 75 kilómetros cuadrados y lo defiende de otros felinos -explicó Schiaffino-. Así, la selva es como un rompecabezas donde cada pieza es el territorio de uno de ellos. Todos los estudios realizados indican que habría alrededor de 25 felinos adultos. Una cantidad superior sería intolerable pues no les alcanzaría el alimento".
El número abarca más individuos que los que viven en el parque. Se contabilizan también los que están en los parques aledaneos y terrenos que todavía no han sido desmontados. Así es que, en época de celo, los felinos transitan por el Parque Nacional do Iguaçu (Brasil), la reserva paraguaya Moisés Bertoni, el Parque Provincial Urugua-í (en la provincia de Misiones) y el Parque Estadual do Turvo(Brasil). A esto se le pueden sumar terrenos privados que recorren la zona central de Misiones y no han sido cultivados debido a la incomodidad de la geografía. "Es muy importante mantener esta interconección entre los animales de las distintas zonas -enfatizó la bióloga-. Un bache producido por alguna tala imposibilitaría el paso de los animales. Afortundamente, existe un proyecto llamado corredor verde para proteger toda la región y que interesa a los tres países".
Identikit
- Grandes: los yaguaretés miden dos metros y son los mayores felinos de América del Sur.
- Pesados: algunos superan los 100 kilos.
- Fuertes: pueden arrastrar varios metros una vaca de 300 kilos.
- Glotones: venados, armadillos, pecaríes, coatíes, comadrejas y animales de granja forman parte de su dieta.
- Sociables: tienen tres cachorros por camada y viven dos años con la madre.
- Todoterreno: trepan árboles con facilidad y son grandes nadadores.
- Pacíficos: sólo se registra un caso reciente de agresión de un yaguareté a un ser humano.
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