Movilidad y sorpresa, dos claves de la vigilancia aérea para dar golpes tácticos
Un apoyo importante para el combate contra el delito es la vigilancia aérea, esa herramienta que da a las unidades policiales una decisiva ventaja táctica sobre las bandas, tanto en ambientes urbanos como en remotos parajes en los que operan vuelos narcos . El Ministerio de Seguridad incorporó dos aeronaves para la Policía Federal y la Gendarmería, dotados de tecnología que permite la identificación de patentes y visores térmicos para detectar la presencia de sospechosos en zonas de monte. Acciones de riesgo, como expuso el caso ocurrido en 2011, cuando un helicóptero de la Gendarmería fue colisionado por una avioneta narco que intentaba escapar en Santiago del Estero.
"Los vuelos más extremos para los pilotos son los que se desarrollan en operativos de lucha contra el narcotráfico, porque los delincuentes están preparados para atacar", explicó a LA NACION el comandante Ramón Gómez, director de Aviación de Gendarmería. Y agregó: "Los territorios más hostiles están en el noroeste y el noreste, por ejemplo, en Corrientes. Aunque todas las áreas de fronteras son calientes".
El comandante Gómez participó en decenas de procedimientos de lucha contra el crimen organizado. Aterrizó en sitios complejos, para dejar allí a las tropas especiales de Gendarmería Nacional. Ese transporte de las secciones de tiradores que interceptarán un cargamento narco es una de las funciones asignadas al grupo de helicópteros: "Nosotros esperamos a los narcotraficantes en los lugares de más difícil acceso".
"La droga ingresa a través del tráfico hormiga -indicó-, o en pequeñas avionetas, y luego se mueve a los grandes centros urbanos; por eso operamos desde las fronteras, y sorprendemos con los helicópteros que brindan apoyo a los gendarmes que están en tierra", dijo Gómez.
Otro papel vital jugado por las unidades aéreas es el salvataje de personas en situaciones de peligro. "En las misiones de ayuda humanitaria, nos concentramos en rescatar víctimas, pero no hay un ambiente ofensivo, con delincuentes armados. En el último caso, por el contrario, vamos mentalizados sobre el alcance de los riesgos. Más allá del delito, es necesario pensar al mismo tiempo en la tropa, en la escena del crimen y en capturar a los delincuentes. El piloto debe tener su mente fría a pesar de la adrenalina. Por eso recibimos un muy buen entrenamiento", contó Gómez.
Misiones urbanas
En el área metropolitana las misiones áreas están a cargo de los helicópteros policiales. El comisario inspector Norberto Cundino es el jefe del departamento de Traslados Aéreos de la Policía Federal y recordó que en el ambiente urbano los aterrizajes también tienen sus peligrosas particularidades: "Tuve que bajar en las canchas auxiliares del Estadio Monumental, cuando River descendió; lo hice con personas que nos tiraban piedras, entre gases lacrimógenos, con los ojos irritados... Fue realmente complicado".
El comisario Cundino, en diálogo con LA NACION, aseguró: "Nosotros trasladamos heridos de bala durante todos los días del año, cumplimos misiones sanitarias, perseguimos vehículos en fuga y criminales que escapan por los techos. Siento la adrenalina de las zonas hostiles, siento los temores de cualquier humano. Pero, ante todo, siento la convicción de cumplir con el servicio".
Durante sus primeros años como policía cumplió horas en comisarías como todo agente, pero finalmente se especializó en las unidades aéreas. "Cuando empecé mi carrera como piloto no me imaginaba que iba a ser tan difícil. Tuve que forjar mi personalidad con entrenamiento, y adquirir confianza. Por ejemplo, durante una tormenta, rescaté a dos jóvenes que estaban perdidos en la reserva ecológica de Costanera Sur". Los pilotos policiales tendrán ahora una nueva herramienta.
El ministerio de Seguridad compró y presentó dos helicópteros, un Augusta AW 169 y un Airbus 145 que serán utilizados en las fronteras y zonas urbanas. Estas aeronaves se suman a los 10 helicópteros y 7 aviones que opera la Gendarmería y a los 8 helicópteros y 3 aviones de la Policía Federal.
"Utilizamos la versatilidad de las aeronaves para las diferentes actividades, como combate contra el narcotráfico, el terrorismo, el crimen en cualquiera de sus formas. Pero también para evacuaciones sanitarias, asistencia humanitaria. Los pilotos se preparan para operar en las diferentes condiciones climáticas y de terreno que presenta el país", señaló el comandante general Gerardo Otero, jefe de la Gendarmería, que participó de la ceremonia de presentación de los nuevos helicópteros en compañía de su par de la Policía Federal, comisario general Néstor Roncaglia, y de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich .
Los helicópteros incorporados a las fuerzas de seguridad pueden alcanzar una velocidad crucero de 250 kilómetros por hora y tienen una autonomía aproximada de 700 kilómetros. Los pilotos se capacitaron en Alemania e Italia.
"Para combatir el crimen desde el aire se requiere un nivel profesional extremo y un temple apropiado, pero también una faceta humana que siempre buscamos desarrollar", comentó el comandante Otero.
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