Muchísimo público confirma en Buenos Aires Photo el creciente interés por la fotografía
Miles de personas ya pasaron por la muestra, que culmina mañana, en el Centro Cultural Recoleta; además de ver, pueden adquirirse obras a precios accesibles
La última compra antes de volver a España no fue ropa, ni artículos de cuero, ni un mate. Fue una foto. Una foto de la artista argentina Lisa Giménez, que los vascos José Ramón Sobrón y su mujer, Esther Diez, compraron ayer mientras visitaban Buenos Aires Photo, la muestra de fotografía más importante del país, de la que LA NACION es auspiciante.
Ya con un pie en el avión, la pareja pagó $ 3000 por un encuadre, tamaño pequeño, de la fotógrafa que enseguida supo captar su atención entre cientos de instantáneas colgadas de las paredes del Centro Cultural Recoleta (en Junín 1930), donde se desarrolla la muestra hasta mañana. "Una amiga nos recomendó venir a la feria. Ya habíamos estado en Recoleta, vinimos especialmente a ver qué había porque nos gusta mucho la fotografía -dice José Ramón-. La obra que compramos nos gustó porque es sugerente; es la artista misma retratada en un muy interesante juego de luces y sombras." Mientras él habla, la galerista de Bisagra Arte Contemporáneo embala la foto enmarcada y la prepara para el largo viaje.
Los extranjeros son los más interesados en comprar fotografía: los precios en pesos resultan más que atractivos y, además, la última tendencia en Europa es utilizar fotos como elemento decorativo, algo que en la Argentina recién está comenzando. Y muestras como Buenos Aires Photo son un gran polo de atracción para amantes y curiosos.
Año tras año aumenta la cantidad de visitantes, ayer hubo más de 3000, y de ventas que se cierran. Lo que habla de un cada vez mayor interés por este tipo de expresión artística. "Hace diez años éramos bichos raros. Hoy hay más lugar para la fotografía. Hay coleccionistas de fotos y gente que está interesada en ver qué le da valor a una obra", explica el exitoso fotógrafo Diego Ortiz Mujica. Él es uno de los que más han vendido hasta ahora en la muestra. Cada venta en su espacio es avisada con un circulito rojo debajo de la foto. Y aunque es un arte que ha nacido con la posibilidad de reproducirse hasta el infinito, sus fotografías son seriadas: la mayoría tiene hasta un máximo de diez copias, a excepción de unas que se ofrecen a $ 1000 para cumplir con la premisa de ofrecer arte accesible, y que tienen 25 copias. Cuando se vende la última copia de esa foto se corta el negativo, que es pegado atrás de la foto.
"Hoy la gente empieza a educarse en la fotografía. Este tipo de muestras son importantes porque establecen un lugar de encuentro y comunicación con la sociedad", dice Mujica, y cuenta que la gente compra por gusto, pero se interesa por saber si es una foto que ha sido adquirida por un museo o ganó un premio o ha sido la tapa de algún libro editado, todas instancias que pueden llegar a valorizar la foto.
En la galería Holbox también se muestran optimistas con el nivel de concurrencia y ventas. Hasta ayer había varias reservas, que terminarán de concretarse, dicen, hacia el final de la muestra, que es cuando se cierran el mayor número de operaciones. Allí, una foto del artista Pato Rivero ya se vendió por 11.500 pesos. Entre sus compradores, afirma el mismo fotógrafo, está el periodista Oscar González Oro.
"Se están formando coleccionistas que buscan comprar una foto de distintas series de un mismo artista. Nosotros trabajamos con artistas que hacen ediciones cortas de sus fotos porque eso valoriza más una copia. Si hacés una serie larga, de 500 fotos, el precio de cada copia baja. Pero un coleccionista busca comprar fotos de series cortas. Cada artista y galerista elige dónde posicionarse", explica Julia Ramos, directora de Holbox.
Pero este año el interés por la fotografía no sólo se percibe en las ventas y la cantidad de visitantes, sino en la masiva participación en los concursos. En el espacio Foto Libre de Petrobras, la gente podía llevar una foto, exhibirla en unas cuerdas parecidas a las de colgar la ropa, y participar por un primer premio de 3500 pesos y un segundo premio de 1500 pesos. Hasta las 18, hora en que cerró el concurso, se recibieron fotos de gente que no quería quedarse fuera de la competencia.
Otra propuesta que atrae mucha gente es la del Espacio LA NACION, donde la fotografía documental adquiere un lugar destacado. Allí, con la curación de Daniel Merle, hay trabajos de Rodrigo Abd -ganador del Premio Pulitzer-, Sebastián Szyd y Alejandro Chaskielberg.
Otro de los espacios imprescindibles es la Carpa Volkswagen, donde la propuesta es ver proyecciones de fotografías de distintos artistas, presentadas bajo formatos innovadores. Abierta de 18 a 21 (las proyecciones empiezan a las 19), la propuesta es ver lo que no se ve de un artista, aquello que no muestra, de ahí que su nombre sea "Invisible".
Sin dudas, una manera distinta de acercarse a la fotografía. O de empezar a hacer foco en un arte que cada vez suscita más y más interés.
El valor de la entrada es de $ 50 (2x1 con Club LA NACION, American Express y Club Arte al Día).
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