Murió Jean-Edouard de Rochebouët, un bodeguero que también fue símbolo de la unión franco-argentina
Este hombre se desempeñó como titular de la Cámara de Comercio e Industria Francia Argentina durante más de 25 años, hasta 2017; ahora era gerente general de la bodega mendocina Atamisque
Ayer murió en Buenos Aires uno de los inmigrantes franceses más conocidos en su comunidad no solo por su trayectoria de bodeguero. Además de su calidez, su humor y su apego a la vida, quienes despidieron a Jean-Edouard de Rochebouët recordaron de él su ferviente compromiso para propiciar la hermandad del país en el que nació con aquel que le dio un hogar: la Argentina.
Fue esposo de Estela Ramos Mejía desde 1986, padre de cuatro hijos -Luisa, Gastón, Félix y Diego- y abuelo. También gerente general de la bodega Atamisque, llamada así por un arbusto que crece en los alrededores de este lugar situado en la mendocina ciudad de Tupungato, en el ingreso al Valle de Uco. A ese lugar llegó por el encuentro con John Du Monceau, el dueño de la propiedad.
De Rochebouët era también presidente de la Fundación de Ayuda Mutua de los Franceses en la Argentina y fue titular de la Cámara de Comercio e Industria Francia Argentina durante más de 25 años, hasta 2017.
Frente a su partida, su familia destacó de él su alegría y sus ganas. Sus compañeros en estas entidades que comandó hablaron de un presidente dinámico. “Gran conocedor de vinos, hombre de cultura y de fino humor. Nos deja un amigo entrañable, símbolo del vínculo francoargentino”, aseguraron sobre de Rochebouët en LA NACION.
A él, reconstruir en esta tierra el aroma y los sabores de Francia le daba satisfacción. Acá llegó en 1981 para incorporarse a la filial Moët & Chandon y decidió quedarse porque se insertó con éxito en el ambiente laboral de esa firma. Es más, ocupó con rapidez puestos de alta responsabilidad y a los 30 años ya era gerente general, según contaron en el diario francés en la Argentina, Le Trait-d’union.
La empresa que después fundó, Cave Extrême, estaba especializada en la creación y comercialización de vinos espumosos, y él tenía uno a su nombre: el Rochebouët. Este hombre hizo, además, su aporte para potenciar las profesiones ligadas con la cultura vitivinícola y entonces colaboró para crear en la Argentina la asociación de sommeliers, de acuerdo a ese medio.
“Que la vierge Marie te couvre de son manteu”, lo despidió su familia.
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