Murió otro de los docentes heridos por la explosión en Río Cuarto
Hasta el momento suman cinco las víctimas fatales; otro profesor está gravísimo
CORDOBA.- La docente e investigadora Gladys Baralla de Simone, de 42 años, se convirtió ayer en la quinta víctima mortal de la trágica explosión en la planta piloto de la Universidad Nacional de Río Cuarto, ocurrida hace 18 días.
En tanto, los médicos temen ahora por la suerte del encargado de la planta, el profesor Miguel Mattea, la sexta persona que permanece internada en el Instituto del Quemado de Córdoba, porque su cuadro clínico ha empeorado en las últimas horas.
Baralla falleció ayer a las 13, a causa de un paro cardíaco provocado por una falla multiorgánica, producto de las quemaduras en su cuerpo, según informó el médico Marcelo Cardozo. Explicó que "la afección en las vías aéreas es lo que más la complicó a ella", a pesar de que era la paciente que presentaba un menor porcentaje de quemaduras que el resto, con el 30 por ciento de su cuerpo afectado por las llamas.
Sin embargo, en estos casos, las lesiones en las vías respiratorias son, por lo general, de mal pronóstico, ya que derivan en complicaciones insalvables.
El médico reveló que el investigador Mattea atravesaba ayer un estado crítico, desesperante. Días atrás, sus riñones dejaron de funcionar y, dentro de su precario estado, debe ser sometido a diálisis para oxigenarle la sangre.
Al día siguiente del incendio, murió el estudiante Juan Politano, y con el correr de los días fallecieron los docentes Lilian Giacomelli, Carlos Ravera y Damián Cardarelli.
Según determinó la investigación a cargo de la justicia federal de Río Cuarto, la tragedia ocurrió a raíz de la caída de un tambor y el derrame de hexano, un solvente muy volátil y de alta combustibilidad, que derivó en explosiones y el incendio de la planta universitaria. Las explosiones y el incendio causaron heridas a 24 personas, la mayoría de las cuales pudieron recuperarse, a excepción de los seis más graves que fueron llevados al Instituto del Quemado de la ciudad de Córdoba.
La comunidad universitaria se movilizó para exigir urgentes medidas de seguridad y se negó a reanudar la actividad. A raíz de la protesta, el Consejo Superior de la universidad decidió suspender la actividad académica por el resto del año y pasar los exámenes finales para febrero próximo.
La investigación
El fiscal federal subrogante de Río Cuarto, Alberto Saissac, deberá resolver si promueve o no acción penal contra eventuales responsables.
El secretario del juzgado federal, Carlos Ochoa, anticipó que el juez Oscar Valentinuzzi ya concluyó el sumario sobre las investigaciones y dispuso correr vista al fiscal para que se pronuncie si corresponde formular imputaciones. En caso de que el fiscal impulse acciones penales, en fuentes judiciales trascendió que los más comprometidos serán el rector de la Universidad de Río Cuarto, Oscar Spada, y el decano de Ingeniería, Diego Moitre.
Precisamente, ambos funcionarios no han sido interrogados durante la instrucción de la causa en la que ya declararon 50 testigos. Ochoa explicó que al fiscal le caben dos alternativas ante el requerimiento del juez: "Debe decidir si es necesario o no imputar o atribuir alguna responsabilidad.
El funcionario nada reveló sobre las conclusiones alcanzadas en la investigación, particularmente en relación con el origen del incendio que habría sido ocasionado por el almacenamiento irregular de tambores con hexano, aportados por una empresa para la que se realizaban investigaciones de laboratorio en la planta universitaria.
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