Navidad austera: menos regalos, la estrategia de los padres para las Fiestas
La crisis y una mayor conciencia sobre los gastos promueven cambios en los hábitos; también, se apuesta por comprar productos sustentables y nacionales
Regalos solo para los más chicos. Comprar a emprendedores. Evitar los materiales descartables, los envoltorios y el desperdicio de comida. Usar cupones. El pan dulce, casero. Asociarse y sumar esfuerzos entre abuelos, tíos y padres para que cada niño reciba solo un regalo de Papá Noel. Estas son algunas de las estrategias que mandan esta Navidad, que, en sintonía con la crisis económica, será un festejo con menos pompa y más conciencia. Más austera, con menos derroche. Una Navidad low cost y consciente.
Este año, como nunca, en la casa de la diseñadora Lucila Dellacasa, de 40 años, se va a vivir lo que ella llama "una Navidad consciente". Su hijo Clemente, de 7 años, ya armó el arbolito con materiales reciclables, como corchos pintados de colores.
Además, ella participa de un colectivo de diseñadores que respondieron a una convocatoria de la Asociación de Moda Sustentable para ofrecer alternativas de regalos para el arbolito. Entre todos, armaron un showroom que está abierto hasta hoy a la tarde, donde se pueden comprar presentes con la consigna "Regalá con propósito".
"Para comprar presentes yo aplico el slow gift. Regalar lento. Me gusta comprar con anticipación, para dedicarle tiempo a pensar en cada uno. Y no siempre son regalos materiales. Este año, algunos de mis seres queridos recibirán una carta. A otros, les dedicaré una visita con tiempo para charlar. Y a los más chicos, les compré un regalo, priorizando que sea un objeto durable, nacional, hecho por emprendedores y si se puede, porque es lo más difícil de conseguir, con materiales nobles o reutilizados", describe Dellacasa.
En la cena de Navidad, no habrá ningún material de plástico ni descartable. También evitará los envoltorios comerciales. "Reciclo papeles viejos para crear un envoltorio único, especial, que simbolice que nuestra relación no es descartable", resume.
Valeria Valussi, de 41 años, es docente y la madre de Eugenia, de 7 años y de Ludmila, de 4. Su estrategia para esta Navidad es la de asociarse. "Me asocié con los abuelos y los tíos, porque así entre todos hacemos un regalo un poco más importante", cuenta. "Este es un año más austero. Yo decidí comprar los regalos de mis hijas con tiempo para poder evaluar precios. Consulté en dos o tres lugares antes de comprar, y aproveché descuentos", cuenta.
El menú, este año también será una versión más austera que en años anteriores. La idea es que haya menos desperdicio y que los gastos se compartan entre todos los comensales.
En la casa de la actriz Ludmila Man, de 30 años, el menú navideño fue un tema de debate y también se optó por una versión minimalista. "Este año sale asado, pero solo con pollo, nada de carne vacuna", dice.
María Corvo es la madre de Frank, de dos años. Con sus familiares armaron un grupo de WhatsApp específico para llegar a consensos en temas que, en otros años, levantaban controversias, como el de los regalos. Resolvieron organizar un amigo invisible para los adultos. La acordada también incluyó que en la Nochebuena no se entregarán presentes para los chicos, sino que en la casa de cada uno, al día siguiente aparecerá el regalo bajo el arbolito.
No son pocos los padres que en esta fecha deciden poner un freno a la sobreabundancia de regalos. Como Mariana Conte y Federico Díaz, padres de Valentina, de 6 años y Joaquín, de 3. "En la Nochebuena anterior, llegó la bolsa de Papá Noel, y los chicos estuvieron un montón de tiempo abriendo regalos de tíos, abuelos, amigos, vecinos. Nos miramos con Mariana esa noche y después comentamos que no nos gustaba ese estado de éxtasis en que quedaban los chicos. Abrieron, abrieron y abrieron. Dejaron un tendal de papel y bolsas en el piso. Ellos mismos estaban desborados. Entonces, decidimos que este año solo habría un regalo para cada uno. Si los abuelos y tíos quieren, se pueden sumar para que sea algo más importante", agrega Federico.
Tradiciones que se mantienen
En la casa de la agente de turismo Carolina Maida, de 40 años, este año rige el amigo invisible. "Nos juntamos con familia y amigos. Somos unos 25, y la verdad es que comprar regalos para todos es mucha plata y mucho tiempo. Sacamos papelitos y cada uno compra un regalo con una base de 600 pesos. Después, cada uno tiene que adivinar quién le regaló qué. Para los más chicos, lo que rige es el regalo de los padres, entregado en casa", señala.
Hace pocos días, antes de decorar para la ocasión los shoppings, la empresa IRSA encargó una encuesta de unos 2000 casos y los resultados sorprendieron: 8 de cada 10 argentinos afirmaron que cambiaron la manera de festejar la Navidad. El 40% dijo que aprovecha la fecha para realizar actividades solidarias. Por eso, este año la empresa decidió destinar el presupuesto que se usaba para la decoración navideña para comprar regalos para 20.000 chicos que asisten a comedores, una campaña que hizo junto a la Fundación Sí.
Armar el arbolito sigue siendo una de las pocas tradiciones navideñas que no se cambian. Según una encuesta que la consultora Opinaia, sobre 900 casos en todo el país, el 80% de los argentinos dijo que todos los años se pone el arbolito de Navidad en las casas.
Aunque lo que aparece luego bajo el arbolito no resulta tan uniforme. En el relevamiento, se consultó sobre cuáles eran los regalos más extraños o raros que la gente recibió para Navidad. Algunas de las respuestas fueron: "Cable USB", "guantes en pleno verano" y "un turno para tatuarme", entre otros.
Producción de Marysol Anton