No creen que la estudiante se haya caído
Los resultados de la autopsia se conocerán mañana; la familia sospecha que se trató de un homicidio
Los familiares de la joven cuyo cuerpo sin vida fue hallado el jueves último en el hueco de un ascensor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires desconfían de que haya sido un accidente lo que ocasionó su muerte.
"A mi hija la asesinaron a trompadas", dijo ayer a LA NACION Gualberto Rozano Vega, padre de Romina Elizabeth, de 19 años, que fue vista con vida por última vez el martes pasado por la mañana, luego de asistir a una de las materias del primer año de la carrera de Derecho.
Fuentes policiales habían informado el viernes que el ascensor en el que se trasladaba la joven podría haberse detenido, como producto de un desperfecto, entre el segundo y el tercer piso de esa casa de altos estudios. Según las primeras hipótesis de la División Homicidios de la Policía Federal la estudiante se habría caído luego de abrir la puerta e intentar alcanzar una salida.
Golpes y lastimaduras
"Debería tener raspones y rasguños porque el espacio por donde se supone que cayó es muy chico. Sin embargo, no tiene magullones y sí presenta golpes en toda la cara, el cuello y el cuerpo; tiene el ojo izquierdo destrozado y le faltan los dientes", dijo el tío de Romina, Rubén Rozano Vega, licenciado en enfermería.
Allegados a la causa dijeron ayer que tanto la autopsia como el peritaje que hicieron los bomberos indican que la chica se habría caído accidentalmente y habría muerto en el acto cuando se golpeó contra el suelo.
La sospecha de los familiares de la joven se reproduce en la opinión de algunos estudiantes, compañeros de la joven, consultados por LA NACION. "Es muy raro que haya tomado ese ascensor que usan los que cursan algún posgrado. Si ella asistía a clases en la planta baja no necesitaba ir al tercer piso ni para hacer trámites ni para ir a la biblioteca", afirmó María Eugenia, de 20 años, alumna del Ciclo Profesional Común.
Mariana, estudiante de derecho desde hace tres años, coincide con María Eugenia y, como ella, prefiere no dar a conocer su apellido. "No entiendo qué pudo haberle pasado a esta chica, pero reconozco que en la facultad hay muy poca seguridad. Desde el año pasado he notado que, por decirlo de alguna manera, entra cualquiera. Nadie controla a la gente que circula por los pasillos o incluso ingresa en las aulas", dijo Mariana.
El viernes, en la casa del padre de Romina, se recibieron diez llamadas en las que diferentes personas denunciaron que no fue un accidente la causa de su muerte. "Dígale a Rozano Vega que a su hija la mataron en el turno noche", le dijeron a uno de los empleados del negocio que Rozano Vega tiene en Escobar.
Los familiares de la joven habían denunciado su desaparición el martes último. Su cuerpo fue hallado el jueves, a las 17.30, cuando un técnico de la empresa de mantenimiento de los ascensores de la Facultad de Derecho encontró el bolso con las pertenencias de Romina dentro de uno de los siete aparatos.
Mañana se conocerían los resultados definitivos de la autopsia y el informe técnico sobre lo sucedido con el ascensor, lo que ayudará a los investigadores a determinar en qué circunstancias y cuándo falleció la chica.
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