Sigue el conflicto entre Metrovías y los trabajadores del sector. Nuevos paros sorpresivos en el subte
Los delegados gremiales confirmaron la medida de fuerza, que estimaron que podría comenzar a las 7 y durar cuatro horas
En medio de una discusión que parece no tener fin, el millón de personas que se moviliza diariamente en las cinco líneas de subterráneos y el Premetro sufrirá nuevamente hoy serios trastornos por un paro sorpresivo de hasta cuatro horas, según informaron ayer delegados gremiales de trabajadores de Metrovías.
Si bien la medida fue ratificada anoche a LA NACION, los sindicalistas no pudieron especificar ni el horario exacto del comienzo de la protesta ni su duración, aunque calcularon que podría extenderse por cuatro horas.
Claudio Dellecarbonara, representante de la línea B, adelantó que la huelga comenzará a primera hora -se estimaba a las 7- y que su modalidad será definida durante una asamblea permanente prevista para las 4.30 de hoy.
Esta medida de fuerza coincide con el vencimiento del plazo de la conciliación obligatoria que el Ministerio de Trabajo dictó la semana última. Sin embargo, mientras la empresa entiende que ese plazo caduca a las 14.30, los sindicalistas dicen que no esperarán hasta entonces.
Los empleados reclaman un aumento salarial que Metrovías se niega a otorgar por considerar que no está en condiciones de hacerlo.
"Sólo puede impedir el paro un llamado favorable de la empresa", dijo Dellecarbonara. Por su parte, la concesionaria ratificó a LA NACION su firme postura de no negociar bajo presión. "Ya se les ofrecieron mejoras en lo que se refiere al rubro guardería, tickets y vales, cuya entrega se hizo efectiva el último día hábil de noviembre", explicó la vocera de Metrovías.
Imputaciones
En tanto, el delegado de la línea C, Néstor Segovia, expresó en declaraciones a la prensa: "No queremos hacer un conflicto, pero evidentemente es la empresa la que quiere que el paro se realice con el fin de generar las condiciones apropiadas para solicitar un subsidio al Gobierno con el cual solventar el aumento". Y advirtió que los trabajadores también se niegan a que haya una suba de diez centavos en el boleto de subte. "La firma gana bien y puede sacar el dinero de sus arcas", declaró.
Metrovías se negó a contestar estas acusaciones y se limitó a decir que es "la última que quiere que se realice un paro es la empresa", como principal responsable del funcionamiento del transporte. "No tenemos necesidad de recurrir a un paro para pedir un subsidio. Esto es una concesión y estamos constantemente en contacto con el Estado", dijo la vocera.
Los trabajadores reclaman un incremento salarial del 55 por ciento y otro 2% en concepto de antigüedad, además del pago por trabajo nocturno. Este último punto sería el único que Metrovías estaría dispuesta a conceder.
Durante las negociaciones, Metrovías ofreció a los trabajadores remunerar los montos por "nocturnidad" a cambio de "120 días de paz social", es decir, sin interrupción del servicio, pero los delegados se negaron a firmar el acuerdo.
Ayer, la empresa recordó que en caso de que se produzca hoy el paro sorpresivo dentro del período de conciliación obligatoria, el gremio -la Unión Tranviarios Automotor- y los delegados podrían sufrir sanciones por parte del Ministerio de Trabajo.
Más de 15 días
Los usuarios del subte comenzaron a sufrir huelgas sorpresivas, como consecuencia de este conflicto, hace más de 15 días.
El jueves 18 de noviembre, las cinco líneas quedaron paralizadas por una hora a partir de las 8. Los coches, llenos de pasajeros, detuvieron la marcha en mitad del túnel o en el lugar donde los encontró la hora señalada por los representantes sindicales.
El servicio volvió a interrumpirse ese día por la tarde, entre las 18 y las 19. Durante ambos paros, los pasajeros quedaron varados dentro de los coches por más de diez minutos.
El lunes siguiente, y en medio de la firma de la conciliación obligatoria, los trabajadores volvieron a parar sin aviso previo, entre las 14 y las 15.
Al grito de "atorrantes", numerosos usuarios del servicio expresaron su rechazo a la medida de fuerza, aunque dijeron comprender el reclamo de los empleados. Luego, el servicio estuvo garantizado. Hasta hoy.
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