Otro muerto por las inundaciones
LA PLATA.- Edgardo Roberto Araya tenía 23 años y vivía en la localidad de González Moreno, a unos 45 kilómetros de América, partido de Rivadavia. El martes último tomó la escopeta y, como otras tardes, salió a cazar nutrias acompañado por sus dos perros.
Esa fue la última vez que sus familiares lo vieron con vida. Ayer, el cuerpo del joven fue encontrado por uno de los perros en el canal que desemboca en la laguna La Dulce, a siete kilómetros de González Moreno.
"Edgardo no sabía nadar. Y se cree que, persiguiendo a algún animal, se patinó, cayó al agua y se ahogó", explicó el intendente de Rivadavia, Sergio Buil.
El jefe de Bomberos Voluntarios del partido, Daniel Martín, explicó que en la orilla de la laguna los perros del joven comenzaron a ladrar y aullar. "Empezamos a buscar y encontramos el cuerpo del joven sin vida", dijo Martín.
Desborde
La zona en la que cayó Araya corresponde a un espejo de agua formado por un desborde del río Quinto, una región a la que se llega caminando sobre los rieles de una vía.
En la búsqueda participaron policías, bomberos voluntarios que trabajaron en la zona, guiados por el olfato de los perros del joven, a quienes se sumó un helicóptero de la gobernación bonaerense. También participaron buzos especiales, que "durante los últimos tres días rastrearon unos 40 kilómetros cuadrados", dijo Martín.
Araya había nacido el 6 de agosto de 1978. Desde su adolescencia trabajó como conductor y operador en la radio de González Moreno.
El joven pertenecía a una familia de bajos recursos. Su padre y su madre, Juan Orlando y Amalia Navidad, están desocupados. También tenía tres hermanas, un hermano y tres sobrinos.
Desde su desaparición el distrito de Rivadavia se movilizó para encontrarlo. Araya es la segunda víctima de las inundaciones en ese distrito provincial.
"El pueblo está de luto. En menos de 40 días el agua acumulada por las inundaciones se cobró dos vidas", explicó Buil.
El 21 de noviembre último, el cuerpo de Manuel Ibáñez -un trabajador municipal de 54 años- fue encontrado sin vida por buzos que lo buscaban en uno de los tantos espejos de agua de la zona.
Héroe
El trabajador había desaparecido cuando reforzaba uno de los murallones de contención. Tras su desaparición, el hombre se convirtió en un "héroe" para los pobladores de América.
Anoche, los restos de Araya permanecían en la morgue policial y los peritos se preparaban para realizar la autopsia. Con la muerte de Araya suman tres las víctimas de las inundaciones.
La otra muerte ocurrió el 10 del mes último, cuando Miguel Eduardo López, un peón rural pampeano, cuando intentaba cruzar un campo anegado por el agua, en Quemú Quemú -a 100 kilómetros al oeste de la capital de La Pampa-, cayó de su caballo y se ahogó.