Palermo volvió a ser el centro de los festejos por la primavera
Miles de jóvenes celebraron con juegos y música el Día del Estudiante; hubo un fuerte operativo de seguridad; plaza Francia y la costanera de Vicente López, los otros elegidos
"Eso es lo que me dio más bronca", señalaba a sus amigos Lilian, que decía tener 18 años, mientras comía un sándwich de jamón y queso y explicaba -indignada- que la policía no sólo les había quitado el alcohol que habían llevado, sino que, además, lo había tirado al piso. "Vieron que traíamos una mochila pesada y se dieron cuenta de lo que llevábamos adentro", agregó el amigo de Lilian, Brian, que parecía más joven de sus admitidos 19 años. Junto a varios adolescentes más habían viajado desde Lomas de Zamora hasta los bosques de Palermo, en la intersección de las avenidas del Libertador y Sarmiento, para festejar la llegada de la primavera y el Día del Estudiante. "Vinimos acá porque es más tranquilo. Para estos festejos, en Lomas, siempre hay peleas, se suele tomar mucho y hay droga. Acá no se ve eso", describió Brian. Luego la charla volvió a girar al tema de las botellas secuestradas. Según dijeron, algunos grupos de amigos habían podido sortear los controles que se dispersaban por la zona y consumían alcohol sin reparos.
Como cada año en el Día del Estudiante, miles de alumnos de colegios y universidades se trasladaron, con viandas, hasta Palermo. Casi todos llegaron a partir del mediodía de ayer, justo cuando empezaba una fiesta de espuma que había organizado el gobierno de la ciudad.
Este año llamó la atención el gran operativo de seguridad por los festejos. Mientras algunos estudiantes llamaban a las aves que nadaban en el lago para alimentarlas, una lancha negra con tres agentes de Defensa Civil inspeccionaban la zona.
Según el rescatista Julián Ramírez, el operativo también se repitió en los parques Roca y Sarmiento y en otras plazas de la Capital. Alrededor de los bosques, agentes de la Policía Metropolitana circundaban el lago en cuatriciclos o a pie. "Dentro de los parques se destinó a personal de espacio público, además pusimos gente de prevención del delito, que son los que todos los días custodian los senderos del lugar", explicaron fuentes del Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad. Y agregaron que, en total, 50 agentes fueron destinados al operativo. "Treinta de Defensa Civil, 14 de logística, seis de guardia y 30 voluntarios de Defensa Civil y de la Cruz Roja", dijeron. Todos habían comenzado sus actividades en distintas partes de la ciudad alrededor de las 7.
Los banderines de colores que había instalado el gobierno porteño sobre Sarmiento advertían que ahí comenzaba la zona dedicada a los juegos: un jenga de gomaespuma, varias letras de más de un metro de alto para que cada uno buscara sus iniciales y se tomara una foto, y pizarrones gigantes en forma de mariposas para dibujar, entre otros. Allí, también había mesas de madera estilo campestre cubiertas por manteles verdes y rojos.
La fresca brisa que circulaba bajo la sombra de los árboles generaba un clima ideal. Sin embargo, al sol otra era la sensación. Para aliviarse del agobio, Samuel Laura, de 20 años, optó por mojarse la cabeza y parte de su camiseta de fútbol bajo un chorro de agua. Había viajado desde Pilar "en busca de chicas". "La verdad es que vinimos para eso", dijo. A su lado, un amigo coincidía.
A unos pocos metros, un estudiante, recostado a la orilla del lago con gafas de sol, tenía unos apuntes en los que se leía "Higiene y Nutrición". Era el único que le hacía honor a su día. "Quería ir al Botánico, pero estaba cerrado. Me gusta mucho estudiar ahí. Pero pasé por acá y me gustó la música electrónica que estaban pasando. Por eso me quedé", contó.
En medio de los estudiantes se escuchaban las voces de los que vendían a 50 pesos algodones de azúcar. Cerca, cuatro mujeres, que habían llegada desde Berazategui, ofrecían por el mismo valor paquetes de tres rosas hechas de goma eva con detalles en brillantina. Entre los árboles, algunos vendían rosas frescas. En el aire imperaba el aroma a hamburguesas a la parrilla. Sin embargo, pocos se tentaban, la comida preferida de los chicos eran los sándwiches traídos desde sus casas.
Unos kilómetros más allá, en plaza Francia, la primavera también se celebraba. Y aunque la cantidad de estudiantes era menor que en Palermo no faltaban los pequeños grupos de chicos bajo el sol. "Es el espacio verde que me quedaba más cerca de casa", explicó Agustina López, de 21 años y estudiante de Historia del Arte. Junto a una amiga habían preparado sándwiches de milanesa y jamón crudo para disfrutar en el picnic.
En la costanera de Vicente López, los partidos de fútbol, voley y fútbol-tenis fueron los protagonistas. Un grupo de compañeras de la Escuela Técnica Raggio, en el límite entre la Capital y Vicente López, prefirió la cercanía a la hora de evaluar dónde disfrutar de su día.