Paro docente: una medida de fuerza que necesita ser sincerada y matizada
La concepción de que el paro docente , tal como sostienen los gremios , es en defensa de la educación pública necesita ser matizada y sincerada. Es cierto que los docentes tienen derecho a reclamar por sus salarios. Pero es igualmente cierto que los principales perjudicados en cada paro docente son los niños y adolescentes que asisten a la escuela, sobre todo la pública. Ellos son perjudicados en dos sentidos.
El primero, como efecto colateral del parate en el ritmo escolar. Hay una noción que vale la pena incorporar. Es una noción educativa, tan preocupante como todos los déficits económicos.
Se conoce como "brecha de aprendizaje estacional", es decir, la cantidad de aprendizajes en áreas cognitivas claves como la matemática y la comprensión lectora que los chicos y adolescentes pierden cuando no hay clases. Si se trata de indignación pública, éste es un temazo.
Esa pérdida es difícil de remontar año tras año y es acumulativa a lo largo de los años de escuela. El pionero en este tema es el doctor en Sociología Karl Alexander, investigador de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos.
En los países donde la huelga docente son excepcionales, como en EEUU, la brecha de aprendizaje estacional se da durante las vacaciones de verano. Llegado el segundo año del secundario, las ganancias acumuladas de aprendizaje de los estudiantes reflejan un efecto: la asistencia a la escuela.
Al contrario, la brecha de aprendizaje, es decir, la desigualdad de conocimiento escolar que se da entre los chicos de nivel socioeconómico alto comparado con los de nivel bajo se relaciona con las vacaciones, cuando la potencia educadora de la escuela queda suspendida.
Este concepto sirve también para plantear la pérdida de aprendizaje que genera el paro docente sostenido, además de las vacaciones, entre los alumnos. Cuando hay paro docente, los
chicos vulnerables se quedan en hogares y barrios con escasa oferta de estímulos cognitivos y de oportunidades de aprendizajes.
En provincias como la de Buenos Aires, al "desaprender" que acarrean las vacaciones, se le suma desde hace más de una década la pérdida de aprendizaje por el paro docente que este año, cuando alcanza ya 26 días, equivale a casi un 50% del tiempo que duran las vacaciones de verano en las primarias y secundarias del país.
Las consecuencias son graves: pérdida de automatización de nociones matemáticas fundantes, pérdida de hábito de lectura y en el largo plazo, mayor tendencia a la repitencia, el abandono escolar y el abandono en la universidad de los chicos de los sectores pobres, más afectados por el gap de aprendizajes.
El otro efecto del paro docente en Provincia de Buenos Aires tiene que ver con el contexto en que se da la huelga: justo cuando iba a realizarse el operativo Aprender.
El Aprender censal de sexto grado, por ejemplo, es una oportunidad de inclusión educativa en serio, para recoger información alumno por alumno acerca de sus dificultades de aprendizaje y de cómo aprende. A partir de ahí, la política pública puede elaborar estrategias personalizadas para asistir a cada niño según sus necesidades y modalidades educativas concretas. Es decir, asegurar así el principio de que todo chico es educable.
El paro docente, "en defensa de la educación pública", impidió por el momento esa oportunidad única..