Pérdidas millonarias por el vandalismo
Por mes se roban o destrozan 41 semáforos, 80 lámparas, 600 metros de cable y decenas de tapas de sumideros; casos insólitos
lanacionarSon muy pocas las cosas que se salvan del vandalismo. Casi nada. Y quien piense lo contrario, que demuestre que no es cierto que cada mes, en la ciudad, en promedio se roban o se destrozan 41 semáforos, 80 lámparas de 400 W, 600 metros de cable, siete columnas de alumbrado público, 50 tapas y rejas de sumideros, 335 medidores de gas y más de un centenar de bancos, juegos y distintas piezas del mobiliario urbano.
En total, para reponer y reparar estas cosas, el gobierno de la ciudad destina unos 800.000 pesos por mes (casi $ 10 millones por año), que podrían ser utilizados -por ejemplo- para comprar 16 ambulancias, 160 microscopios o para sumar esos fondos a los destinados a programas de asistencia social para rescatar a los 400 chicos que hoy duermen en las calles porteñas.
"Entendemos que el espacio público es propiedad de todos y que debe ser cuidado por todos. Trabajamos en una gestión que anhela profundizar la concientización, la participación y el compromiso de la ciudadanía para llegar a la ciudad que todos queremos tener. Por eso, el vecino tiene que defender y cuidar también el espacio público, que es suyo", dijo a LA NACION Lía María, ministra de Espacio Público.
Aunque no es un fenómeno nuevo, en los últimos dos años los robos se han multiplicado y han surgido nuevos mercados para la compra y venta de mobiliario urbano, metales y chatarra. El cobre y el aluminio son los metales más buscados por los delincuentes, que en los últimos dos años han concentrado sus ataques no sólo en los cables y placas, sino también en los distintos componentes de los semáforos y en los medidores de gas.
Y los datos no mienten: en los últimos dos años se robaron 800 semáforos peatonales y otros 200 vehiculares, cuya reposición costó más de un millón de pesos. También fueron sustraídos cien equipos controladores (cuya función es coordinar los semáforos) que están resguardados en buzones de hormigón en las esquinas y cuyo costo por unidad ronda los 7000 pesos.
Por el aluminio, los delincuentes comenzaron a multiplicar los robos de medidores de gas, especialmente en domicilios particulares. El dato promedio dice que en los últimos dos años han robado, en la Capital y en el Gran Buenos Aires, un medidor cada tres horas.
"En toda nuestra área de concesión, antes de 2001 había un promedio anual de 60 medidores robados. Ahora, la cifra creció a unos 4000. Especialmente en la Capital, donde cada año se sustraen más de 700 unidades y la tendencia indica un incremento en este tipo de hurtos", dijo un vocero de Metrogas.
Ladrón de flores
"Nada los detiene. La semana pasada la ministra Lía María, cuando circulaba por la avenida 9 de Julio, observó cómo un sujeto arrancaba las flores que ese día se habían plantado en los canteros del Obelisco, para luego venderlas en la peatonal Florida. La funcionaria informó a la policía, pero el hombre escapó", dijo un vocero del ministerio.
Este tipo de hechos insólitos ocurren frecuentemente lejos del microcentro. Según la fuente, hace unos días se pudo detener a un grupo de jóvenes que se llevaba un refugio peatonal de una para de colectivos. "Si bien el cuidado y la reposición de estos refugios, en la mayoría de los casos, es responsabilidad de las empresas de transportes, algunas están bajo nuestro cuidado. En una descubrimos cómo se robaban sus partes y se las llevaban al conurbano", dijo la fuente a LA NACION.
Para reponer los refugios, el gobierno porteño invierte mensualmente más de 5000 pesos. Pero esos gastos son ínfimos si se los compara con los 64.285 pesos que este mes se destinaron para reponer 80 luminarias, siete postes, 13 buzones de conexión, cinco contadores, y 600 metros de tendido eléctrico sustraído durante la noche.
El viernes último, dos hombres fueron detenidos por la policía cuando se llevaban en un carrito de supermercado una columna de alumbrado que habían sustraído en la esquina de las calles Natalio Bonavena y Luis Baliña, en el barrio porteño de Pompeya.
"Las cifras en el robo de cables y, en general, en el mobiliario urbano varían mes tras mes debido al valor de los costos del metal y las piezas. En algunos casos, puede ocurrir -por ejemplo- que sustraen una columna de alumbrado que está conectada a distintos equipos y se llevan el combo completo", dijo un vocero de Espacio Público.
También es víctima del vandalismo y del robo el sistema de mantenimiento de la red pluvial. Así, cada mes se sustrae un promedio de 50 tapas y rejas de sumideros. El costo de reposición de cada una es de 230 pesos, es decir, en este rubro, se gastan 11.500 pesos.
No obstante, hace dos años, el gobierno incluyó una cláusula para que las empresas que tienen a su cargo la concesión aseguraran las rejas de sumideros por medio de sunchos o aros de seguridad.
"Este sistema no garantiza que se dejen de sustraer las rejas, pero se suman elementos para evitar que lo hagan. De hecho, se registra una marcada disminución de robos, entre 30 y 50%, dependiendo de la zona", dijo la fuente.
Por el vandalismo, las placas de bronce de los monumentos ya no son de bronce. Ahora, el gobierno está reponiéndolas con otras construidas en fibra de vidrio y en cemento. En la ciudad, en total hay 970 placas, de las cuales falta el 30% (unas 290).
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