A simple vista parece un proyecto soñado: una moderna escuela de $180 millones destinada a la enseñanza artística. En total, 48 aulas y talleres, sala de exposiciones, polideportivo, cantina, biblioteca y estacionamiento, todo distribuido en un espacio de 10.000 m2 en Mataderos. ¿La capacidad? 840 alumnos, la mayoría proveniente de la Escuela de Cerámica N° 1 (Cera), de Almagro y la Escuela Superior de Enseñanza Artística en Artes Visuales Rogelio Yrurtia, de Villa Luro.
Solo hay un problema: padres, alumnos y docentes se resisten a la mudanza.
Las razones son distintas para cada uno. Los del Cera quieren quedarse y ampliar el edificio de Bulnes 45 (que fuera la casa-taller de su fundador, el artista español Fernando Arranz) y encuentran inconcebible que los alumnos tengan que viajar siete kilómetros para seguir sus estudios. Y los del Yrurtia no quieren compartir ese predio porque una ley de expropiación aprobada por la Legislatura porteña en 2005 se los concedió en exclusividad.
El gobierno porteño escucha las quejas pero no detiene la marcha. LA NACION visitó las instalaciones la semana pasada y comprobó los avances en el edificio de cuatro pisos con entrada por Juan Bautista Alberdi 4139, que incluye 24 aulas de 50 m2, secretarías, direcciones, una biblioteca y una sala de exposiciones de 400 m2.
Esta estructura (cuya construcción se terminará en los primeros días de enero) está conectada por un patio a otro edificio ubicado sobre el Pasaje Cajaravilla, que contará con 24 talleres de 85 m2 y un polideportivo de 640 m2. Las obras en este anexo están más retrasadas y se extenderían hasta finales de febrero. En el Ministerio de Educación confían en que todo estará finalizado para el comienzo del ciclo lectivo 2019, el próximo 6 de marzo.
Superficie
"El Cera y el Yrurtia, sumados, tienen 3000 m2. Básicamente estamos triplicando la superficie tanto de las aulas de teoría como de taller", dijo Sebastián Tomaghelli, subsecretario de Gestión Económico-financiera y Administración de Recursos de la ciudad. Para Andrea Bruzos, subsecretaria de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa, la clave del proyecto está en potenciar el diálogo entre las artes visuales y la cerámica. "Me parece que realmente se pueden enriquecer los estudiantes con este entramado conjunto -dijo -. Al ser dos disciplinas muy complementarias, se puede sacar mucho provecho artístico".
Lo que sorprendió a los funcionarios de Educación fue que esa complementación entre ambas escuelas no se diera en el plano artístico sino en el judicial. El viernes, la Justicia dio lugar a dos amparos que pretenden frenar la mudanza. El primero, impulsado por un grupo de padres del Yrurtia, lo firmó la jueza Elena Liberatori y congela el proceso de cara a una reunión entre las autoridades porteñas y el colegio el 12 de febrero. El segundo, presentado por la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) y concedido por el juez de primera instancia, Francisco Ferrer, suspende transitoriamente el traslado del Cera.
"No hay un solo integrante de las dos comunidades que quiera que las escuelas se fusionen", dijo Mariana Bonet, ayudante de Pintura del Yrurtia. Y agregó: "El 80% del Cera es de Almagro, están a una una hora de colectivo. Desterrar a un colegio de su territorialidad es hacer que pierda su alumnado, van a tener cada vez menos estudiantes y paulatinamente va a desaparecer".
"Ese terreno es para el Yrurtia. Además, el Polo queda a poco más de 20 cuadras de la Escuela de Cerámica Fernando Arranz. Esto es un cierre encubierto porque sabemos que, más adelante, también la van a terminar fusionando en el Polo", comentó por su parte Andrea Bohus, madre de dos alumnas del Cera.
Caminos alternativos
Para solucionar sus problemas de espacio, el Cera impulsa la adquisición de un edificio lindero en Bulnes 23-27. La bancada de Unidad Ciudadana en la Legislatura había presentado en noviembre un proyecto para su expropiación, pero los integrantes del oficialismo, Vamos Juntos, no dieron quórum. "Hicimos 15 proyectos para ver cómo podíamos hacer esa ampliación, pero ninguna de las opciones era viable para una escuela con esa cantidad de alumnos", dijo Tomaghelli.
"En ningún momento nos consultaron sobre esta mudanza, simplemente nos mandaron por mail una linda explicación de que ahora las clases se van a cursan allá. Quiero ver a cualquiera de ellos mandando sus hijos a 70 cuadras", sostuvo por su parte Karina Zinik, madre de otra alumna del Cera.
Bruzos sembró dudas sobre el origen del conflicto. "Si mis hijos estuvieran estudiando en una escuela chica, me pondría contenta de que vengan a un lugar con todas las comodidades para desarrollar su vocación. Si a los padres no los dejan ni siquiera venir a ver este edificio es un tema más gremial que de razonamiento", afirmó.
Ante la avanzada judicial y la intransigencia de las partes, empiezan a crecer las dudas sobre qué pasará finalmente con el Polo. Por lo pronto, los obreros continuarán trabajando a destajo durante el verano. La obra debe estar lista en marzo, con o sin alumnos.
Temas
Más leídas de Sociedad
La Plata. Murió el reconocido influencer y deportista Damián González Almirón
Tenía 69 años. Murió el dueño de una avícola en un accidente: chocó a una camioneta, perdió el control de su moto y derrapó
Vivió hace 202 millones de años. Cómo era el antiguo reptil marino del tamaño de dos autobuses cuyo fósil fue hallado en una playa de Reino Unido