En La Boca / Prometen más controles en recitales del Pepsi Music. Polémica por un festival de rock
Vecinos habían denunciado vibraciones, pero el gobierno porteño dice que los niveles sonoros fueron normales
El continuo debate por las vibraciones que producen los megarrecitales en la ciudad de Buenos Aires se trasladó anteanoche al sur porteño, donde medio centenar de vecinos de la zona, conocida como Catalinas Sur en el barrio de La Boca, decidieron autoevacuarse por los fuertes movimientos y caídas de objetos que aseguran que se produjeron en sus viviendas durante la primera de las nueve jornadas del Pepsi Music 2010.
Las principales quejas provinieron de los vecinos más cercanos del predio de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, situada junto a la Reserva Ecológica de Costanera Sur, quienes, como LA NACION informó ayer, decidieron abandonar sus viviendas anteanoche, pasadas las 22, a raíz de las vibraciones.
Alertada la Agencia de Protección Ambiental porteña (APRA) concurrió en ese momento al lugar para medir si las vibraciones ocasionadas por las bandas que tocaron en el primer día del festival superaron los niveles permitidos.
Consultados por LA NACION sobre los resultados de esas pruebas, el presidente de APRA, Javier Corcuera, explico: "Tanto las mediciones de sonidos como de vibraciones no superaron los niveles permitidos. No negamos la denuncia de los vecinos; por eso, en los próximos recitales vamos a medir específicamente en aquellos edificios donde se denunciaron movimientos", dijo el funcionario y agregó: "Las mediciones son un aprendizaje continuo, ya que no disponemos con información previa del lugar".
Con los resultados obtenidos hasta el momento, el gobierno porteño aseguró que no hará ningún planteo para que se suspenda el festival.
"A eso de las 22 [de anteanoche], el agua de la pecera empezó a moverse y también se movieron la mesa y las sillas", comentó a LA NACION Juan Carlos Rusiani, vecino de la calle Necochea al 300. Su madre, que estaba de visita, debió ser atendida por personal del SAME, víctima de un pico de presión.
"Mi hija de seis años tiene miedo de dormir en su cama, piensa que se va a volver a mover", relató Pablo Déspoli, uno de los vecinos que se autoevacuaron anteanoche.
"Pensé que era un terremoto porque no escuché la música", contó María Luján Zito, otra de las vecinas que bajó ni bien sintió los primeros temblores. "Sólo atiné a agarrar el DNI y bajé enseguida con mis dos hijos, de tres y cinco años", dijo alarmada por lo que acababa de vivir.
"Queremos que alguien del gobierno de la ciudad venga a la hora del recital y compruebe lo que estamos diciendo. De constatar las vibraciones, que suspendan el festival, tal como hicieron en River", pidió otro de los vecinos.
Hace nueve días, el gobierno porteño autorizó que en el estadio de River Plate se realicen recitales masivos, pero sin público saltando, es decir, din pogo. Esa medida se dispuso tras conocer los resultados preliminares de los estudios que midieron el grado de amortiguación para que el salto del público no produzca vibraciones molestas para los vecinos de la zona. Por ello, los conciertos en River deben incluir sillas en la mayor parte del campo y garantizar que no se permita saltar al público. En tanto, los técnicos de APRA prometieron que realizarán mediciones durante todo el recital, cuya última fecha es el 23.
En tanto, el Pepsi Music 2010 continuó anoche y hoy en La Trastienda, mientras que mañana volverá al predio de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, desde las 15.
Con la colaboración de Laura Reina
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