Por el caso Verón, otro embate del Gobierno contra la Justicia
La Presidenta renovó sus críticas al Poder Judicial y anunció que impulsará el control ciudadano sobre los jueces, después de la absolución de los 13 acusados por el secuestro y desaparición de la joven
La presidenta Cristina Kirchner buscó capitalizar ayer el fuerte rechazo popular que desató la absolución de todos los acusados por el secuestro y desaparición de la joven tucumana Marita Verón y anunció que impulsará la "democratización" del Poder Judicial, con un mayor control ciudadano sobre la actuación de los jueces.
Si bien no precisó los próximos pasos, en el oficialismo se especulaba con que el llamado juicio por jurados sería la fórmula elegida.
La Presidenta cuestionó con durísimos términos a los magistrados de Tucumán que anteayer dejaron sin culpables la causa e insinuó que el tribunal había recibido dádivas. "Me hago cargo de lo que digo. No tengo pruebas, pero no tengo dudas de que cuando hay dinero de por medio, puede estar el mundo tocando trompetas que no les importa nada", planteó, en referencia a la gran exposición pública que había tenido el caso por el que lucha la madre de Marita, Susana Trimarco, desde hace 10 años.
Cristina Kirchner renovó así sus cuestionamientos al Poder Judicial en medio de la disputa que mantiene con el Grupo Clarín por la aplicación de la ley de medios. Agregó que a los magistrados "no les importa nada" la repercusión de sus sentencias porque son, según dijo, "el único poder dentro de la sociedad que tiene un cargo asegurado para toda la vida". Además, se quejó de que fueran juzgados por sus pares, en referencia a la actuación del Consejo de la Magistratura.
Mientras se extendía la indignación popular por el fallo y había protestas en varias ciudades (de lo que se informa por separado), legisladores oficialistas consideraban que el Gobierno podría convocar a sesiones extraordinarias para reponer el estado parlamentario del proyecto de ley de trata de personas que había perdido esa condición por el desdén oficial.
Hasta anoche, en la propia Casa Rosada no estaba definido qué tipo de reforma impulsaría la Presidenta, que tampoco pareció en su discurso dar señales de tener listo un proyecto. "Como Presidenta me comprometo a impulsarlo, tendremos que trabajar junto al Parlamento en un proceso de democratización. También es bueno que cada provincia lo inicie en sí", deslizó.
Ante el desconocimiento de los pasos que tomará la Presidenta, las principales espadas oficialistas en el Congreso arriesgaban cada una lo suyo, como en un juego de apuestas. La más viable era la posibilidad de avanzar con la implementación de los juicios por jurado.
El diputado Jorge Yoma había presentado un proyecto en ese sentido, pero Cristina se lo descartó porque quería que fuera una iniciativa del Poder Ejecutivo.
"Por ahora no hay nada", sostuvo a LA NACION un alto funcionario, que estaba a la espera de alguna señal oficial para comenzar a trabajar. Se espera para hoy que el Poder Ejecutivo convoque a sesiones extraordinarias para debatir, entre otros temas, la media sanción que el Senado le había dado a la modificación de la ley de trata de personas sancionada en 2008, en un fuerte gesto del Gobierno ante el creciente malestar social con la sentencia del tribunal oral de Tucumán (de lo que se informa por separado).
En pos de arriesgar, otra de las iniciativas incluía la selección de los jueces a través del voto popular, una propuesta de difícil concreción porque requeriría una reforma constitucional que el kirchnerismo no está en condiciones de conseguir sin el apoyo del resto de las bancadas opositoras.
Desde un acto en un laboratorio químico de Garín, Cristina contó detalles de su conversación telefónica, anteanoche, con Trimarco, apenas se enteró de la sentencia. Dijo que la había notado "más entera que nunca" y se comprometió a darle ayuda. Trimarco, a su vez, contó la Presidenta, "entre gritos" de indignación por el fallo le brindó su apoyo.
En su mensaje, la Presidenta también apuntó hacia el Consejo de la Magistratura tal como se creó a partir de la reforma de la Constitución de 1994. A pesar de las críticas al organismo que designa y remueve a los jueces, la jefa del Estado defendió su composición actual y celebró su propia reforma que les dio más injerencia a los consejeros políticos por sobre los jueces. "Como senadora di una gran discusión para reformar ese Consejo de la Magistratura para que tuvieran mayor participación los que son elegidos por la sociedad, porque en definitiva con nuestros defectos, nuestras virtudes, nuestras miserias, quienes hablamos desde la política, un presidente, un diputado, un senador, somos elegidos por la voluntad popular y los cargos se renuevan permanentemente. Pero acá [por el Poder Judicial] no es lo mismo, porque hay una defensa corporativa", apuntó.
Sobre el futuro proyecto que presentaría la Casa Rosada, la Presidenta insistió: "Vamos a tener que poner en marcha, creo que la sociedad lo reclama y creo que todos deberán entenderlo, una democratización del Poder Judicial, porque es en definitiva el poder que es el último eslabón en la decisión. Yo tomo una decisión como presidenta o firmo decretos que son revisables por el Poder Judicial", agregó.
En medio de la batalla con Clarín, Cristina retomó sus críticas a la Cámara Federal en lo Civil y Comercial que extendió la medida cautelar que protege al grupo mediático. "Hay leyes que son sancionadas y que no se aplican, sin que nadie declare su inconstitucionalidad durante años y años", se quejó y habló de que los jueces son "eternos" y se protegen entre ellos, en lo que pareció una crítica sutil a la Corte Suprema. De hecho, el reproche que la Presidenta les hace a los ministros del máximo tribunal, según contó un alto funcionario, es que fueron nombrados para que hicieran una renovación del Poder Judicial hacia las instancias inferiores que, a juzgar por la Casa Rosada, la Corte nunca emprendió.
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