Por la calle
Por Juan Carlos Insiarte
Semáforo se necesita
Para los vecinos de Juan Francisco Seguí y Lafinur es imprescindible que se coloque cuanto antes un semáforo en ese cruce.
Fue una zona tranquila, pero en la actualidad el intenso y creciente tránsito complicó las cosas. Los encontronazos son moneda corriente y, además, es ruta de dos líneas de ómnibus. Según los parroquianos, tan sólo con verificar el movimiento que generan un importante colegio del lugar, que imparte enseñanza en todos los niveles educativos, y la parroquia de Santa Elena queda justificada la necesidad de colocar el ordenador del tránsito.
Mal estacionamiento
No son pocos los vecinos que enviaron sus quejas en razón del uso abusivo de la calzada, durante la semana, en la avenida Córdoba al 1300. Dijeron que a pesar de ser una avenida y de estar prohibido el estacionamiento sobre ambos cordones, todos los días hay camionetas fuera de la hora permitida, sobre la derecha y la izquierda, sin que los ordenadores del tránsito lo adviertan.
Auto abandonado
El problema de los vehículos abandonados en la vía pública parece no tener una solución inmediata, según las constantes llamadas de varios vecinos.
Tal es caso de Helmer Santiago Rodoni, quien señaló que frente a México 4354 permanece abandonado un viejo automóvil Lada blanco, patente RQE 522, desde hace varios meses, y advirtió que presenta un progresivo deterioro, con las consiguientes molestias. Rodoni espera que algún funcionario comunal tome cartas en el asunto.
Trampa callejera
Desde hace meses, otra esquina que presenta un muestrario de pozos y desniveles es la de Juan Agustín García, en su cruce con Añasco, en el barrio de Paternal. La cantidad de vehículos que circulan a diario por la primera de las arterias provocó que prácticamente desapareciera la capa asfáltica y dejara al desnudo los viejos adoquines de antaño, que a su vez comenzaron a hundirse, por lo que se conformó una superficie peligrosa que abarca el ancho de dos carriles por casi cinco metros de largo. Según nos relata Eduardo Marconcini, los días de lluvia se convierte en una gran laguna y, al pasar los vehículos, hace que el agua allí estancada salte y cubra a todo vecino que trate de transitar por las veredas.
Caos en Caballito
"Esto se ha convertido en un verdadero mercado persa y nadie controla las decenas de vendedores ambulantes que entorpecen el paso de miles de vecinos", sostuvo Raymundo Salvat, que vive a pocos metros de Acoyte y Rivadavia, en pleno corazón comercial del barrio de Caballito.
El vecino agrega que esa esquina es una verdadera jungla de vendedores que comercializan al paso corpiños, bombachas, muñequitos plásticos, falsos anteojos de sol y de lectura, teléfonos celulares, sumado a media docena de jóvenes que entregan planfletos que terminan en la vereda. Todo eso deben sortear cotidianamente miles de pasajeros que ingresan o egresan de las bocas de la estación Acoyte del subte A, que está justo en la citada esquina.
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