Por un ámbito más profesional
Colecciono arte contemporáneo desde 1997, e inicié en junio de 2009 el proyecto de mi galería, que abrió en marzo de 2010. En dos años hemos participado de muchas de las mejores ferias del mundo. Este año tenemos por delante la Frieze Art Fair de Londres y Art Basel Miami Beach, en las que es muy difícil ser aceptado porque la lista de galerías que quieren participar es superior a los espacios disponibles. Nuestra galería, a pesar de ser tan joven, juega en esas ligas y nuestros artistas reciben invitaciones para grandes manifestaciones artísticas.
Nuestra arteBA es cada vez mejor, pero hay mucha competencia en la región y la complacencia es el peor enemigo de los proyectos exitosos. Mi performance en tan corto tiempo me habilita a hacer algunas sugerencias: acortar la duración de la feria (siete días conspira contra la presencia de más galerías foráneas por el mayor costo de hotelería y la pérdida de ventas en sus mercados locales); reducir el número de galerías participantes, elevando la exigencia de calidad en su programación (en particular, para las galerías locales, para que la feria sea cada vez más internacional); subir el precio de la entrada para que la feria sea cada vez más de profesionales (curadores, coleccionistas, directores de museos, artistas y galeristas); abandonar la fantasía de gran evento cultural, que no es ni tiene sentido que sea, y aumentar la cantidad de foros para estimular la presencia de aquellos profesionales.
Estas ideas ya han sido llevadas a la práctica por otras ferias en el mundo: ARCO, en Madrid, eliminó uno de sus tres pabellones, por lo cual la cantidad de galerías españolas se redujo drásticamente; la entrada de la Frieze Art Fair en Nueva York costaba, en su primera edición de hace una semana, US$ 40 y había un cupo restringido de visitantes no profesionales; FIAC, en París, dura cinco días, al igual que Art Basel. Finalmente, ARCO es un excelente ejemplo por seguir por la cantidad de encuentros profesionales que organiza, lo que facilita la llegada de curadores y directores a la feria.
Ignacio Liprandi