Presos de cárceles bonaerenses pintaron cuadros y se exponen en la Bienal de Salerno


LA PLATA.- Gustavo está detenido hace dos años en la Cárcel 32 de Florencio Varela. Tiene una condena de nueve años por robo. Sufre ataques de pánico y convulsiones. Encontró en el arte una vía de alivio: en el taller de la cárcel creó junto a otros cuatro presos la escultura "Almas alimentando al mundo", que se expone desde el sábado pasado en la Tercera Bienal de Arte Contemporáneo de Salerno, Italia.
La obra representa a tres mujeres con una gran vasija de trigo. Está inspirada en las madres de los detenidos: todos hombres de entre 23 y 40 años condenados en su mayoría por robo. "Pensamos en el hambre que pasa el mundo y en las almas que siempre están ahí para intentar alimentarlo", dijo Gustavo.
Otras 204 obras de distintas partes del plantea participan de la misma muestra en la Bienal de Salerno. Mañana es la premiación. Las únicas obras producidas en las cárceles son las enviadas desde la Argentina. "La obra está hecha en arcilla, que se cocina a 300 grados para templar la pieza, luego se lija y se cocina a 800 grados, se pinta y luego se cocina a 1200 grados para el esmalte. Se trabaja con un horno eléctrico. Y cada pieza tarda hasta dos semanas", sostiene Gustavo.
"El arte me está sanando", dice Gustavo, desde la cárcel. Gustavo nació en Morón hace 33 años. No tuvo contacto con el arte hasta que llegó a la cárcel de Florencio Varela Antes había estado en las cárceles de Olmos y de General Alvear.
"Nos sorprendió que la obra llegue tan lejos- dijo en referencia al resto del equipo de artistas integrado por Julio, Carlos, Emmanuel y Carlos-. Nos sorprendió lograr lo que logramos. Es muy difícil que se vean estas cosas en el contexto que uno esta. No sólo que se nos vea como malos", dijo.
Gustavo aún debe esperar cuatro años para terminar su condena. "Tengo que buscar un futuro para no volver a reincidir. Perder la libertad me dolió en todo sentido. En el taller tengo libertad. No me siento tan encerrado", dijo el detenido que empezó como alumnos, luego fue aprendiz de ayudante y ahora es capacitador. "Me gusta enseñar que se puede. Que está bueno"
"Acá hay gente que se puede rehabilitar y puede buscar otro camino. En mi caso me ayudó en mi salud, acá en el taller no me siento encerrado. Me está sanando. Me ayuda a que todo sea más leve", dijo Gustavo.

Otras dos obras de presos de las cárceles bonaerenses participan del mismo certamen. También participa un dibujo denominado "Cruzando el Punto", un trabajo artístico elaborado por Mario un detenido de la Unidad 38 de Sierra Chica y una pintura denominada "El tiempo y su belleza" realizada por Nicolás, interno de la Unidad 2 de Sierra Chica. Nicolás se emocionó al saber que su obra participaría de la Bienal de Salerno. "Participar de los talleres culturales me ayudó a pensar de otra manera. Ahora sé que puedo tener éxito en mis emprendimientos", dijo.
El camino para que las obras de los presos de la provincia de Buenos Aires lleguen a la Bienal de Salerno comenzó en 2017 cuando se celebró la primera Bienal de Arte Contemporáneo en contexto de encierro en San Nicolás, presidida por el artista Luis Gramet. Entonces se expusieron 124 obras. Las ganadoras fueron seleccionadas para participar de la muestra internacional.
El envío de las obras a la muestra de Salerno, Italia, fue facilitado por el ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Gustavo Ferrari, quien consideró: "Realizar arte en situación de encierro es muy valioso Esto representa un premio al esfuerzo, a lo que significa superarse. Es nuestra responsabilidad como Estado ofrecerles herramientas ara el futuro. Esto es lo que nos pide la gobernadora María Eugenia Vidal".
La jefa de Departamento de Cultura del Servicio Penitenciario, Gabriela Rojas viajó a Salerno como curadora de las obras surgidas en contexto de encierro junto al ideólogo de la bienal en cárceles Luis Gramet. Ríos destacó la importancia de hacer arte en contexto de encierro: "para liberar y expresar sentimientos".
En tanto Gramet dijo: "En las cárceles intentamos provocar un efecto regenerador en las personas a través de la creación de un interés, de una pasión. Sólo conociéndose más a si mismos estas personas pueden proyectarse por fuera de las cárceles.