Pruebas PISA. Matemática, una pesadilla para los estudiantes argentinos
El país volvió a tener un pobre desempeño en el ranking internacional trienal; cayó 9 puntos en esa asignatura respecto de 2012; mejoró en lectura y se mantuvo en ciencias
Matemática es para ellos una pesadilla: es la asignatura en la que los estudiantes que fueron evaluados en la última edición de las pruebas PISA 2018 obtuvieron la peor nota. También fue matemática el ítem en el que hubo una desmejora significativa en relación con la última medición con la que la Argentina puede comparar sus datos, en 2012. En lengua y ciencia, las otras dos áreas evaluadas, el desempeño de los chicos también fue pobre. Si bien en lectura el puntaje fue mejor que hace seis años, el 52,1 % de los estudiantes solamente pudo comprender los datos explícitos presentados en los textos. Y en Ciencia no le fue mucho mejor, aunque la performance es más estable con el paso de los años. Cinco de cada diez apenas reconocen términos científicos básicos.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) difundió los resultados del desempeño de 79 países y economías que participaron del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés). Se trata de un estudio internacional trienal que tiene como objetivo evaluar a los alumnos secundarios de 15 años en tres áreas: lectura, matemática y ciencias. En nuestro país, la muestra estuvo conformada por 458 escuelas y 14.546 estudiantes. Este año, la Argentina vuelve a participar de la comparación internacional de resultados, de la que fue excluida por la OCDE en 2015 (ver aparte). Además, se presentaron de forma independiente para medir su nivel otras cuatro regiones: la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Córdoba, Buenos Aires y Tucumán.
En el ranking global, la Argentina hoy ocupa el puesto 63 en lectura, el 71 en matemática y el 65 en ciencias. En la edición 2012, cuando fueron evaluados 65 países y economías -14 menos que en esta edición-, los lugares en el listado habían sido: 58 en lectura, 57 en matemática y 65 en ciencias.
Las mejores notas y el mejor desempeño en todas las áreas evaluadas fueron para los estudiantes de Pekín, Shanghai, Jiangsu y Zhejiang (China) y Singapur, que superaron en su performance a los alumnos de todos los demás países.
En matemática, el país obtuvo 379 puntos, la nota más baja desde 2006, cuando había obtenido una calificación de 381 puntos. Bajó casi 9 puntos en comparación con 2012, cuando registró un promedio de 388 puntos.
Más allá de este valor numérico, el rendimiento de los alumnos se divide en diferentes niveles, que van del 1 al 7, con excepción de matemática, que llega hasta el 6. El nivel 2 es el que representa el umbral mínimo de comprensión para cada una de las áreas. En matemática, el 69% de los adolescentes argentinos se encuentra en el nivel 1 o por debajo de este, lo que quiere decir que solo pudieron resolver problemas básicos con indicaciones simples. El 31% está en el nivel 2 o mayor. Y muy pocos son los estudiantes que alcanzaron niveles más avanzados. Aunque ninguno llegó a escalar a la máxima performance.
Pobre, pero estable
En el área de ciencias, el puntaje promedio fue de 404 puntos, apenas 2 puntos menos que en la medición de 2012. En líneas generales, el rendimiento en esta asignatura también es pobre, aunque se mantuvo relativamente estable. Pero escaló 13 puntos en comparación con 2006, cuando se había obtenido un promedio de 391 puntos. En esta asignatura, el 46,5% de los estudiantes argentinos se ubicaron en el nivel de desempeño 2, mientras que el restante 53,5% está en el nivel 1 o por debajo.
"También presentan dificultades para analizar los datos y reconocer la pregunta que busca responder un experimento simple, y para identificar aquellas preguntas susceptibles de ser investigadas científicamente", dice el informe Argentina en PISA 2018, que fue elaborado de manera conjunta entre el Ministerio de Educación y la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, y presentado en una conferencia de prensa que encabezó el ministro Alejandro Finocchiaro.
"La situación más grave la tenemos en matemática -reconoce el economista Javier Curcio, autor del informe junto con su colega Oscar Cetrángolo y la licenciada en Educación Irene Kit-. La Argentina [con 379 puntos] también está por debajo de la media de América Latina [388]. Brasil está levemente por encima de nuestro país [384], mientras que Panamá y República Dominicana tienen una posición más desfavorable".
La mejor nota
En cada edición de PISA se hace foco en una de las áreas que se consideran de dominio principal. En 2018 fue lectura, en la que los estudiantes argentinos obtuvieron su mejor puntaje, con un promedio de 402 puntos, cinco más incluso que en la última medición. En relación con 2006, la suba fue de 30 puntos. Sin embargo, la mitad de los alumnos solo pudo realizar tareas simples frente a los textos presentados. Y entre los factores asociados al aprendizaje, preguntas que los chicos respondían sobre su entorno, su familia y sus hábitos, se desprende que los que leen por placer, y no por obligación, obtuvieron un promedio de 50 puntos más por encima de la media general en lectura. Entre el panorama gris, otra buena noticia es que la proporción de estudiantes con niveles medios y superiores -desde nivel 3 en adelante- se incrementó en 3 puntos, pasando de 19,2% en 2012 a 22,2% en 2018.
"Me alegré de ver la evolución en lectura. Hay una nueva luz. Y si bien las mediciones con otras pruebas no son comparables, es algo que también vimos reflejado en los resultados de Aprender", aportó Elena Duro, secretaria de Evaluación Educativa. En esta área, nuestro país también se ubica por debajo de la media de América Latina: Chile (452), Uruguay (427) y Costa Rica (426) sacaron mejores notas. "Todos -agrega Curcio- sensiblemente por debajo del promedio de los países que forman parte de la OCDE (487) y más cercanos a los países no integrantes (423)".
Para el ministro Finocchiaro, los resultados obtenidos en PISA no generaron ninguna sorpresa. "No fueron como los de las PASO -comparó-. Nos imaginábamos este panorama, porque sabemos que una reforma profunda no se logra ni en cuatro ni en ocho años. El proyecto de Secundaria 2030 recién se terminará de implementar en 2025, y con el plan Aprender Matemática, que fue un producto argentino, recién comenzamos este año. Todas estas son prácticas que pueden construirse a partir de la información que obtenemos de este tipo de pruebas. Aunque somos conscientes de que deberíamos avanzar en una evaluación de tipo regional. Nuestro tejido social está muy dañado y no se puede evaluar correctamente alejados del contexto".
Entre los factores asociados a los aprendizajes, se dedujo que obtuvieron mejores notas los estudiantes de escuelas privadas en relación con las de gestión estatal. En las secundarias rurales, los desempeños son inferiores que en las grandes ciudades. Las mujeres sacaron mejor nota en lectura, mientras que los varones rankearon mejor en matemática y ciencias.