Qué hacer cuando los intentos no resultan
Si bien las investigaciones han avanzado en los últimos años, lo primero que hay que saber es que la fecundación in vitro es el tratamiento más eficiente, pero no da 100% de seguridad de embarazo.
Las tasas de éxito rondan entre el 40% y el 60%,porcentaje que depende de la calidad de los embriones (de su configuración genética) y esto es inherente a la naturaleza humana, no al tratamiento en sí mismo.
Cuando falla un tratamiento, la pareja quiere saber por qué y es difícil determinarlo ya que hay muchas variables relacionadas con el resultado final. Un embrión proviene de un óvulo y un espermatozoide y, ante un fracaso,se informa a la pareja todo lo que se puede hacer para aumentar las chances, pues el responsable de implantación es el embrión y lo que el óvulo genera y aporta.
Existen cuestiones clínicas, como buscar variantes en la estimulación de la ovulación para mejorar la calidad del óvulo, siempre que se trate de mujeres jóvenes, menores de 38 años; pues desde el laboratorio los resultados tienen que ver con la selección de los mejores embriones para transferir.
Cuando habiendo explorado todas estas opciones el tratamiento falla, habrá que investigar qué problema existe en la capacidad uterina, alguna lesión que no pudo detectarse con los métodos convencionales. O bien investigar qué ocurre por el lado del hombre.Hoy hay tratamientos para mejorar la capacidad de los espermatozoides u optimizar los resultados con métodos de selección de esperma.
Para los casos en los que la mujer tiene edad avanzada y cuenta con tratamientos fallidos, por mala calidad de sus óvulos o de los espermatozoides, se recomienda la donación de óvulos o de semen.
En cuanto a la cantidad de tratamientos por intentar, habrá que tener en cuenta aspectos psicológicos y económicos de la pareja, no médicos.
No obstante, ante reiterados fracasos, si bien no existe un marcador de calidad ovocitaria, al haber fallas repetidas para lograr un embarazo, por definición, el resultado en sí mismo está demostrando un problema en la calidad ovocitaria o en el embrión.
En estos casos, emocional y económicamente las parejas empiezan a buscar otras alternativas y se recomienda la ovodonación o la adopción. Pero al ver que la adopción en la Argentina es muy difícil, la alternativa termina siendo la ovodonación por indicación médica, entendiendo que la calidad del óvulo es lo más importante para alcanzar el éxito del tratamiento.
En estos casos se recomienda apoyarse en el asesoramiento psicológico que pueda acompañar a las parejas a pensar en estas opciones.
Sergio Papier
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