Quedan sólo dos colegios tomados en Capital Federal

Con un pico de 29 colegios tomados en forma simultánea, la medida impuesta por los centros de estudiantes llegó a un período de descanso. Hoy vuelven a clases casi la totalidad de colegios que estuvieron tomados por sus alumnos. Las únicas escuelas que continúan aún con la toma son la Escuela de Danzas N°2 Jorge Donn y el Normal Superior N°7 José María Torres.

A dos días de cumplirse un mes de la primera toma, en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, las escuelas medias de ciudad de Buenos Aires volvieron a su funcionamiento normal. Los alumnos insisten en su rechazo a la Reforma Educativa propuesta por el ministerio de Educación porteño, pero están dispuestos a buscar otros caminos para solucionar el conflicto. Insisten en que las tomas pueden volver si no logran sus objetivos a través del diálogo.

En esta instancia, ambas partes, ministerio de Educación y centros de estudiantes, consensuaron en continuar las negociaciones a través del diálogo. El problema radica en la modalidad elegida para las reuniones y en que el principal punto en discusión es, por el momento, “innegociable” para ambos.

El ministerio propuso reuniones por regiones (los establecimientos educativos en ciudad se dividen en ocho regiones), pero los estudiantes consideran que esa división “atomiza su lucha”, según explicó Manuel Obando, presidente del centro de estudiantes del Instituto Superior en Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández. Ayer se presentaron en las reuniones convocadas para región uno y dos, pero sólo para entregar un petitorio que explica por qué rechazan esta modalidad de reuniones y exige la prórroga.

Los estudiantes buscan que se dilate la implementación de la Secundaria del Futuro, prevista para 2018. El proyecto prevé comenzar el año que viene con 17 colegios piloto, y que se sumen gradualmente la totalidad de escuelas secundarias porteñas. La ministra Soledad Acuña declaró en conferencia de prensa que “el futuro no nos espera”. Desde el ministerio consideran importante cumplir con los plazos planificados y estipulados por el equipo que desarrolló el plan.

El punto que genera mayor polémica es el que refiere a las prácticas educativas propuestas para el último año de la secundaria. El propósito es facilitar el paso a la vida laboral de los estudiantes. Los espacios de implementación serían en ámbitos gubernamentales, empresas privadas y ONGs. Los jóvenes encuentran que es una precarización del trabajo y las traducen como pasantías no remuneradas.

Otra preocupación con respecto a las prácticas es si los alumnos van a poder realizarlas en entidades enfocadas en lo que ellos quieran estudiar. La ministra explicó que “las prácticas van a estar ligadas a la orientación de la escuela”, no necesariamente a lo que cada estudiante elija para su futuro.