Relatos salvajes: el cine, una excusa para que los chicos hablen sobre la violencia
Unos 250 estudiantes del Nacional, el Pellegrini y la escuela de Cerámica vieron juntos la película y hablaron con los actores sobre las tensiones cotidianas
"Para mí la historia más contundente es la que protagoniza Ricardo Darín. A mis padres y a mi familia nos molesta mucho la burocracia con la que tenemos que vivir", asegura Santiago, uno de los 250 estudiantes secundarios de 16 a 17 años que ayer vieron el film Relatos salvajes, invitados por la Academia de Cine de la Argentina, que preside el director Juan José Campanella.
A su lado, en una sala de cine de Palermo, Manuel, de 16 , concuerda con su compañero del Colegio Nacional de Buenos Aires. Muchas veces se siente presionado en la escuela y experimenta una suerte de estrés como el que vive Bombita, el personaje que encarna Darín. "Aunque no a tal nivel", aclara, por las dudas. Uno de los relatos de la película que dirigió Damián Szifron es justamente el del ingeniero Simón Fisher. El hombre decide organizar un plan, explosión de por medio, cansado de que la grúa le lleve su auto y de tener que pagar la multa por el acarreo.
"Mi familia vive expuesta a las injusticias. Yo no puedo hacer nada, pero esta película me hizo pensar en cómo reaccionaría. Creo que nunca actuaría así, pero debo reconocer que a veces lo pienso", asegura Carolina, una estudiante de 17 años de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini. También estuvieron los alumnos de la Escuela de Cerámica N° 1.
Preguntas salvajes
Cuando la película terminó los alumnos pudieron hacerles preguntas a tres de los actores de la película, que ya logró cautivar a casi 4 millones de espectadores en el país. Allí estaban Leonardo Sbaraglia, Diego Gentile -que encarnó al novio del personaje de Érica Rivas- en el último relato del film, y Walter Donado -el conductor enfurecido con el que debe luchar el personaje de Sbaraglia-.
Muchas de las preguntas que les formularon giraron en torno de lo que pareció ser una preocupación para los adolescentes: la violencia en las grandes ciudades, la injusticia, el vandalismo en los colegios, el bullying y las tensiones de la vida cotidiana. Sin embargo, también indagaron sobre cómo prevenirlas.
"La película hace una clara crítica social, ¿qué piensan al respecto?", comenzaron. Y siguieron: "Si hubieran estado en el lugar de los personajes, ¿cómo hubieran reaccionado?" y "¿qué creen que identifica al público cuando mira la película?".
"Tengo un amigo sociólogo que dice que el hombre pertenece al reino animal y que al crecer va adquiriendo comportamientos más humanos. Pero esta película muestra al hombre en su estado más básico. Muestra a la sociedad llena de inhumanidades", arrancó Sbaraglia para describir el tono del film que estuvo nominado como mejor película extranjera en la última entrega de los premios Oscar.
Gentile resaltó: "Creo que en la actualidad hay una intolerancia que está a flor de piel. La película refleja que nos cuesta ponernos en lugar del otro. Cualquiera de los protagonistas de estas historias puede parar y retroceder, pero, en lugar de hacerlo, redoblan la apuesta".
Donado concluyó: "Esta película nos pone frente al espejo de lo que pasa en la sociedad y de lo que puede pasarnos a cada uno de nosotros. Debería servir como ejemplo para mostrar lo que no debemos hacer y así no terminar como los protagonistas".
Cuando la charla terminó, Sbaraglia dijo a LA NACION: "Es la primera vez que concurro a una función como ésta con adolescentes. Me gustó mucho. Las preguntas de los chicos me parecieron interesantes y en sintonía con lo que la película refleja. Es un público que se está formando y, en este sentido, es lindo que haya este tipo de intercambio".
Diálogos
La iniciativa forma parte del área "Los jóvenes y el cine nacional" de la Academia argentina. "Se busca acercar a la producción nacional a los chicos y adolescentes para promover nuestros films", cuenta Roxana Morduchowicz, coordinadora del área.
Este tipo de funciones especiales, en las que también participan los directores y los actores, se realizan desde hace tres años. Hasta el momento se hicieron quince en diferentes ciudades, como Rosario, Mendoza, Córdoba, Ushuaia y Mar del Plata.
La oportunidad que permite no es sólo para los chicos; la industria cinematográfica también se ve beneficiada. "Para un director o un actor la posibilidad de encontrarse, reunirse con el público joven es muy importante y es un privilegio porque es saber cara a cara qué sienten", afirmó Morduchowicz.
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