Respuestas rápidas para evitar la propagación
Comunicados en los cuadernos escolares, cadenas telefónicas y de mails, torneos deportivos y actividades extracurriculares suspendidas, certificados de alta médica ante resfríos, dolencias gripales o infecciosas, imposiciones a los padres para que no envíen a sus hijos al colegio si algún miembro familiar viajó a los países afectados por gripe porcina y constancias sanitarias de aptitud física si fue el alumno el que regresó de un viaje al exterior.
Las medidas preventivas instrumentadas por colegios de la Capital y de la provincia de Buenos Aires para frenar la propagación de la gripe A en el país resultan de lo más heterogéneas, aunque todas son aplicadas con celeridad.
De hecho, casi ningún padre las cuestiona, básicamente por la preocupación que causó la confirmación de 19 casos de contagio en el país.
Con sus prevenciones, incluso muchos colegios iban ayer más allá de directivas que atañen a los claustros de enseñanza, al aconsejar a padres y alumnos "evitar las reuniones dentro o fuera de sus casas, juntarse en cines, shoppings" o en lugares atestados de gente, según comprobó LA NACION durante una extensa recorrida por establecimientos afectados por el virus y los que presentan casos dudosos.
Desde las autoridades sanitarias y educativas, no obstante, la alarma se ciñó ayer a los establecimientos que confirmaron casos de la enfermedad, donde quedaron prohibidas las clases en forma preventiva durante 14 días.
En el caso de escuelas con casos sospechosos, como el Northands, de Olivos, la Dirección Provincial de Educación de Gestión Privada (Dipregep) ordenó el cierre preventivo del establecimiento por 72 horas.
Por fumigación o limpieza también cerraron sus puertas ayer los colegios Santa María y Los Robles, de Pilar, pero la medida, decidida por sus directivos, debió reducirse a 48 y 24 horas, respectivamente, según confirmaron a LA NACION autoridades educativas bonaerenses.
"Hay mucha preocupación porque los colegios de zona Norte trabajan en forma conjunta y los chicos han compartido competencias hasta la semana pasada. No sabemos si tuvieron contacto con los que están enfermos y por eso queríamos cerrar", señaló el directivo de un colegio en Pilar, que anuló la decisión de cierre luego de recibir una directiva en sentido contrario. Por ello, la opción elegida por muchas escuelas de la zona Norte era ayer pedir a los padres de chicos que estuvieron de viaje que no fueran a clase. A cambio de ello, les aseguraban que no se les imputarían las correspondientes ausencias.
En tanto, la Liga Intercolegial Deportiva, coordinada por los profesores de Educación Física de unos 14 colegios de la zona norte bonaerense comunicó ayer que todas las actividades quedaban suspendidas por dos semanas.
"Nosotros no propiciamos el cierre de las escuelas como medida preventiva porque los epidemiólogos no están de acuerdo; afirman que tener a los chicos en la escuela permite tener el control de la situación", dijo a LA NACION el director general de educación privada del gobierno porteño, Enrique Palmeyro. Su par en la provincia de Buenos Aires, Néstor Ribet, también fue categórico y deslizó que"varios directivos de colegios privados pidieron autorización para suspender clases pero, "en todos los casos, se los remitió a las autoridades de salud".
Las reacciones entre familiares y padres de los alumnos afectados por gripe porcina fueron ayer diversas. "En mi familia se vivió como una alarma hasta que mi nieta se enfermó. Ahí se nos pasó el miedo", dijo a LA NACION Ana Inés, abuela de una de las alumnas infectadas del colegio Esquiú, que no quiso que se publicara su apellido para preservar a la niña.
Según contó la mujer, cuando su nieta enfermó, los padres pensaron que era gripe estacional y la medicaron con Ibupirac.Una vez curada, se enteró de que había estado infectada con el virus de la influenza. Ana Inés aseguró que la familia "está tranquila y que la niña no está asustada, sólo aburrida", porque debe permanecer en casa.
"Los padres estamos preocupados pero ninguno entró en pánico", contó Gustavo, padre de un alumno de sexto grado del Esquiú, cuyo hijo no se contagió.
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