Un chico de 8 años murió cuando el auto que conducía su padre cayó al Riachuelo
En la noche cerrada, en la calle que serpentea a la vera del Riachuelo, solo se veían las dos luces frontales del auto; de pronto, las cámaras del sistema de monitoreo urbano captaron el momento preciso en que esas dos luces viborearon y el coche desapareció. Eso fue a las 2.40, el instante previo al final de un viaje y el comienzo de una tragedia que terminó con el vehículo engullido por las fétidas aguas, un chico de 8 años que murió atrapado en el asiento trasero, rescatado a media mañana, y con su padre, el conductor del vehículo, internado en el Hospital Penna, detenido por el homicidio culposo de su hijo. Aún no se determinó, pero los policías, prefectos y bomberos que intervinieron notaron en el hombre un inocultable "aliento etílico".
La Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 3 de Avellaneda, a cargo de la fiscal Solange Cáceres, aguarda los resultados de los peritajes para determinar la causa del trágico siniestro. El examen de alcoholemia será determinante.
Según informaron fuentes policiales a la agencia de noticias Télam, el auto, un Chevrolet Aveo negro, circulaba por la calle Carlos Pellegrini cuando, por razones que se intenta establecer, cayó al Riachuelo a pocos metros del Puente Bosch, que une la localidad de Piñeiro, en Avellaneda, con el barrio de Barracas, en la Capital. El vehículo se precipitó a las aguas justo en un sector en el que no hay defensas que impidan el paso.
#Transito Riachuelo. Puente Bosch.Luego de salir del asfalto un auto cayó al Riachuelo durante la madrugada.Bomberos de la Ciudad buscan un niño de 8 años qur viajaba en el.#AlertasTransitopic.twitter.com/STSIR4TuUq&— Info de Transito (@TransitoCapital) 7 de abril de 2019
El conductor del Aveo, Salvador Suguray, de 48 años, logró salir por sus propios medios y fue rescatado por agentes de la Policía de la Ciudad, que tiene un puesto fijo cerca.
En estado de shock, el hombre alcanzó a explicar a los uniformados que dentro del coche había quedado su hijo, Matías. Dijo entonces que estaba sujeto con el cinturón de seguridad, pero que no había podido auxiliarlo porque podía ver nada en ese líquido espeso y negruzco. Él y el chico volvían a su casa, en Dock Sud. La madre del niño y sus dos hermanos estaban en ese momento en Tucumán, de viaje.
Fueron convocados de urgencia para trabajar en el rastrillaje y la búsqueda efectivos de la comisaría 2» de Avellaneda (con jurisdicción terrestre en la zona), la Prefectura -que tiene jurisdicción en las aguas del Riachuelo- y Bomberos de la Policía de la Ciudad, que cuentan con un escuadrón en Barracas.
Las tareas fueron arduas; primero, por las restricciones propias de la búsqueda nocturna; luego, por las características propias de las aguas del Riachuelo. Finalmente, tras casi ocho horas de trabajo, los buzos dieron con el vehículo buscado. "Como resultado del rastrillaje que venimos realizando en el río, en el margen derecho pudimos dar con el vehículo y, posteriormente, con el menor, que se encontraba en el interior" del Chevrolet, en la parte trasera, según explicó el subcomandante de Bomberos de la Policía de la Ciudad Hugo Bernardi.
Precisó que el coche fue hallado "a unos 30 metros del lugar donde inicialmente nos indicaron que habría caído", en el fondo del río, que a esa altura supera los dos metros de profundidad, y con la puerta trasera abierta. Dijo que se extrajo de su interior el cuerpo del niño, que "no tenía el cinturón de seguridad".
No determinó aún si eso fue producto de que el chico viajara sin ese elemento de seguridad colocado o si, peor aún, esa circunstancia, aunada a la certeza de la puerta abierta, denota que el niño intentó, infructuosamente, escapar de la trampa mortal en la que se había convertido el Chevrolet Aveo.
Los buzos trabajaron hasta pasado el mediodía para "descartar que haya cualquier otra víctima". Finalmente, sacaron el auto de las aguas. El conductor fue trasladado al Hospital Penna "con diagnóstico de intoxicación etílica", precisaron las fuentes.
Según el último informe de la Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de la República Argentina (Cecaitra), una de cada cuatro personas sostiene que la "existencia de conductores alcoholizados" es el principal motivo de incidentes viales en el país. Una de cada tres opina que la principal causa es "la transgresión de las normas de tránsito por parte de los conductores" y el 20%, que es "la falta de atención o cuidado de los conductores cuando manejan".