Rota pero limpia: con hidrolavadoras recuperan la Plaza del Congreso
Del campo minado de piedras, pedazos de ladrillos, botellas, plásticos y papeles ya no quedaba nada esta mañana en los alrededores de la Plaza del Congreso, luego de los incidentes de ayer que dejaron la zona destrozada durante la sesión maratónica en el Congreso para debatir el Presupuesto 2019.
Eran alrededor de las 9 cuando la Policía de la Ciudad removía las últimas vallas de contención y la brigada de limpieza terminaba su trabajo con hidrolavadoras sobre las veredas: la primera fase de un operativo de reparación de los daños que demandará, según informaron desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Públicos, unos 10 millones de pesos.
La gente transitaba como cualquier día de la semana, pero las plazas del Congreso y la Mariano Moreno no lucían igual, con sus jardines embarrados, las plantas pisoteadas, las rejas que protegen los monumentos con restos de pegatinas, la mayoría de los bancos destrozados y varias farolas con los vidrios rotos.
"No sé para qué van a gastar en arreglar la plaza si cuando vuelvan a debatir otra ley y haya enfrentamientos va a quedar todo destrozado como siempre. Es plata tirada", opinó Luis Masioli, un vecino de Balvanera que trabaja en la zona como empleado bancario. Masioli, indignado, preguntaba cuánto se gastó el año pasado, cuando en el mes de septiembre finalizó la puesta en valor de la Plaza Congreso, que incluyó la Plaza Mariano Moreno y la Plaza Lorea. De acuerdo con datos oficiales, la inversión total fue de 59.000.000 pesos.
Tres meses después de esos trabajos de remodelación, el tratamiento de la nueva ley de movilidad jubilatoria en el Congreso desató otra batalla campal en los alrededores de la plaza. Fue el 14 de diciembre pasado, cuando faltaban apenas diez minutos para que comenzara una sesión especial para debatir el proyecto cuando empezaron a volar piedras, palos y botellas. La Gendarmería respondió, con gases lacrimógenos, balas de goma y el avance de carros hidrantes, y la postal del destrozo se apoderaba nuevamente de la Plaza del Congreso.
Esta vez, señalan los registros de Ambiente y Espacio Público, los arreglos demandaron 14 millones de pesos. Pero aquella tarde la sesión se levantó. Cinco días después, y cuando finalmente se aprobó el proyecto de reforma jubilatoria, la escena del descontrol absoluto se montó en el mismo escenario, con fuertes disturbios y en un clima de violencia que ganó otra vez la calle.
El operativo se puso en marcha una vez más: limpieza y remoción de grafities y pegatinas. Higiene y reposición de contenedores. Reparación de baldosas, cordones y contrapisos en las veredas y el arreglo de los espacios verdes, con la reposición de césped y plantas. El alumbrado también, con la rotura de vidrios en farolas y el reemplazo de tapas robadas. Total aproximado: 23 millones de pesos.
Se rompe, se repara. Se destroza, se reconstruye. Se roba, se repone. El saldo de la ecuación está en rojo. En un año, si se suman todas las inversiones realizadas, el gobierno porteño gastó 106 millones de pesos en los trabajos de mantenimiento de la Plaza del Congreso y sus alrededores.