Se quejan del corralito de seguridad
AMSTERDAM (De una enviada especial).- ¿Cómo pasó Máxima su última noche de plebeya? Tras la agotadora jornada de agasajos populares, durmió en uno de los pisos superiores del Palacio Real de esta ciudad.
Si la vestimenta es una señal de estilo, la joven argentina pasó su último día en la misma condición, con dos cambios de peinado y de vestuario. En ambas ocasiones optó por pantalones: la primera, en el conjunto en tono beige que usó en el concierto en honor de los novios. La segunda, en rojo intenso, en la fiesta popular del estadio Ajax. Por la mañana llevó el pelo suelto y lacio. Y recogido por la noche.
Pero si algo afloró claramente es la seguridad que rodea -y rodeará- a la joven en su nueva vida. Varios guardaespaldas la protegen día y noche, y hasta el organizador de la fiesta en el Ajax casi pasa un mal rato cuando, sobre el final del show y de acuerdo con el programa, se acercó a la pareja real. Un brazo musculoso lo apartó sin miramientos hasta que el entredicho quedó aclarado.
La seguridad fue también motivo de queja entre los invitados argentinos, algunos de los cuales dijeron estar "hartos del corralito" holandés. "Hoy no pude acercarme a Máxima en todo el día", protestó una de sus amigas, llegada desde Buenos Aires. Tuvo que conformarse con un saludo a la distancia, entre los palcos del teatro Real. "Sólo me queda el día de mañana, en la fiesta (por hoy) y ya no sé cuándo volveremos a estar juntas. No me dejan llegar a ella", añadió.
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