"Siempre supe que formaría una familia"
Fernanda siempre quiso ser madre y una de las ilusiones más grandes que tenía cuando se casó, a los 30 años, era formar una familia. En poco tiempo, quedó embarazada, pero durante el primer trimestre de gestación, perdió a su bebe. "Siempre tuve la ilusión de formar una familia, y perder a mi bebe fue un golpe terrible. Después, me separé", cuenta Fernanda, que pidió reserva de su apellido.
Ya sin pareja, con 33 años y un problema hormonal que apareció tras la pérdida del embarazo, fue a consultar a un especialista, que le pidió estudios para analizar el caso. "Después de verlos, me dijo muy suelto de cuerpo que nunca en mi vida iba a poder tener un hijo –recuerda–. Me destruyó y, casi sin esperanzas, fui al centro Halitus, como para no quedarme con una sola opinión."
Allí la atendió un especialista que, para sorpresa de Fernanda, encendió una luz de esperanza. "«Es difícil, pero no imposible»", me dijo, y después de tres intentos, durante dos años, finalmente quedé embarazada."
En cada uno de estos intentos, Fernanda explica que el donante siempre fue distinto. Sin embargo, en cada ocasión, solicitó las mismas características. "Tez blanca, ojos claros y pelo castaño. Así soy yo, y quería que fuera lo más parecido posible a mí". Matías hoy tiene siete meses. "Y es un morocho de ojos negros hermoso. No es parecido a mí, pero es igual a mi abuelo", dice risueña.
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