Sin mecanismo previsto para definir un empate
Las normas no prevén un sorteo ni una tercera vuelta
Los porteños saben que el domingo próximo estrenarán el ballottage para elegir al jefe y al vicejefe del Gobierno de la Ciudad. Y resulta de dominio público que, tal como lo establece el artículo 96 de la Constitución local, gana el candidato que obtenga, como mínimo, un voto más que su contrincante, cálculo para el que no se computan los sufragios en blanco ni los nulos.
Pero existe una cuestión hasta hoy pendiente de respuesta: ¿qué sucedería si ambos contendientes alcanzan exactamente el mismo número de votos si se produce un empate? Lo cierto es que las normas en vigor para la Capital no establecen ningún procedimiento por aplicar ante esta eventualidad.
Así lo afirmaron ayer al ser consultados por LA NACION el abogado constitucionalista Daniel Sabsay; el secretario electoral nacional, Ramiro González, y el secretario electoral del Tribunal Superior de Justicia porteño, Heriberto Saavedra.
Aunque las encuestas más recientes dicen que o Aníbal Ibarra o Mauricio Macri será consagrado por una leve diferencia de adhesiones, en principio serían dos las alternativas frente a una igualdad de sufragios. Ambas despertarían -según analistas políticos- airadas controversias: tanto determinar al triunfador por sorteo, por analogía con leyes provinciales, como la convocatoria a nuevos comicios.
En el primer caso, ¿sería justo dejar librado al azar la designación del futuro conductor de una ciudad con 3.055.996 habitantes y 2.688.735 personas habilitadas para ejercer su derecho constitucional de sufragar?
Y en el segundo, ¿sería justo desplegar, por tercera vez para la misma elección, el amplio dispositivo electoral que involucra a 717 escuelas y 6688 mesas de votación con sus respectivas autoridades?
Improbable
Si bien las partes consultadas consideraron posible, pero no probable, que Macri e Ibarra obtengan una cantidad igual de votos entre millones de electores, echaron mano de los reglamentos en vigor para responder que no existe ninguna previsión para definir un empate entre ambos.
"Ni el Código Electoral Nacional ni la Constitución porteña prevén solución para este caso, aunque la probabilidad es muy remota. Con un electorado superior a los dos millones y medio de personas, es prácticamente imposible que saquen los mismos votos. Un solo sufragio de diferencia resulta suficiente para proclamar a un ganador", detalló Sabsay.
El abogado dijo luego que "no se recuerda ningún caso como el planteado, al menos no en una ciudad de la dimensión de Buenos Aires".
Pero indicó que, en 1987, dos candidatos a intendente del municipio bonaerense de Trenque Lauquen alcanzaron -según el escrutinio provisional- un número exacto de adhesiones. Y que el empate estuvo a punto de ser superado por sorteo, como lo ordenaba una ley orgánica provincial, hasta que hallaron 14 votos de diferencia.
"Si sucediera en la Capital, por analogía podría también realizarse un sorteo y el resultado quedaría librado al azar", concluyó.
Presentada la inquietud al secretario electoral nacional, González coincidió en que no hay un mecanismo diseñado para una potencial tercera vuelta.
"El artículo 96 de la Constitución porteña, que establece el ballottage, no dice nada al respecto. No sé... ¿podría convocarse una nueva elección?", se preguntó. Luego sostuvo que la respuesta debe brindarla el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad. "Tal vez tengan alguna decisión ya tomada. De todas maneras, éste es un caso de laboratorio", dijo.
Lamentablemente, en dicha instancia judicial también reinó la incertidumbre. "°Es apenas la primera vez que se desarrollará el ballottage! Así que el tribunal tendrá que pronunciarse oportunamente, porque no existe alternativa prevista. Ni siquiera el sorteo", expresó Saavedra, el secretario electoral del tribunal. Y sugirió: "Habrá que llamar a una nueva elección..."
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