Singular protesta de los andinistas en el Cenard

Alrededor de 120 escaladores porteños y del conurbano tomaron ayer por la tarde en forma pacífica la palestra de escalamiento, situada en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), en la avenida Lugones y Udaondo, para pedir su reapertura y la normalización de su uso.

Andinistas independientes y de asociaciones de escalada treparon el muro en protesta simbólica porque, dicen, desde hace dos años no pueden utilizarlo y es la única pared apta -en la ciudad de Buenos Aires- para la práctica y el entrenamiento del andinismo.

Este paredón, que mide 17 metros de alto y 40 de largo, está cubierto con bloques de piedra, lo que permite la simulación de los accidentes que presenta una montaña.

La escalada es una actividad que tiene a más de 400 adeptos sólo en la ciudad de Buenos Aires y es reconocida a nivel mundial, según informaron los propios manifestantes.

Por otra parte, los deportistas entregaron una carta al responsable del Cenard, Raúl Alberto Pap, explicándole los fundamentos de la protesta.

"Queremos encontrar una solución a todo esto. Ya estamos cansados de que nadie nos escuche. Nos sentimos discriminados. Este es el único lugar gratuito para practicar nuestro deporte y es por eso que nos manifestamos de esta manera", dijo a La Nación , Julieta Dolinsky, una escaladora independiente.

Una larga historia

Pero las quejas de los andinistas no son nuevas. Según explicaron los manifestantes, cuando Hugo Porta asumió como secretario de Deportes de la Nación, el acceso de los escaladores al predio quedó vedado por tiempo indeterminado.

Las nuevas exigencias -impuestas por la Secretaría- para el funcionamiento de la palestra son: que un ente independiente tomara en concesión su explotación; el dictado de un reglamento y un estatuto del deporte practicado y los métodos de seguridad para su práctica; y que la escalada sea un deporte federado.

El Centro Andino Buenos Aires (CABA), la Asociación Argentina de Escalada Deportiva (Aaded) y un grupo de escaladores independientes presentaron varios proyectos para la regulación del funcionamiento de la palestra y de los deportistas que la utilizan.

"Cuando llevamos las propuestas a la Secretaría nos aseguraron que las estudiarían y que nos contestarían en poco tiempo, pero ya llevamos dos años y no pasó nada", aseguró Dolinsky.

El problema de fondo es que la Secretaría de Deportes no puede hacerse cargo del seguro de responsabilidad por los accidentes y por la seguridad del deporte y, para ello, debe constituirse una federación que agrupe a los escaladores.

Mientras esperan una definitiva y rápida solución, los andinistas no están dispuestos a abandonar las alturas.