¿Sirve hacer dieta los días previos a las Fiestas?
Algunos se proponen comer menos y restringir algunos alimentos; otros optan por el ayuno para luego darse el atracón
Es el primer año que lo pone en práctica. Arrancó hace una semana y se propuso comer menos y restringir tanto las harinas como los dulces. Gisela Echeverría puso en marcha la dieta pre-Navidad con el objetivo de llegar mejor preparada a las Fiestas y comer sin culpa. “Estoy comiendo mucho y mal hace tiempo, a pesar de ser profesora de educación física y enseñarle a la gente la importancia de una buena alimentación, y quise ponerme las pilas antes de las Fiestas. No es que estoy pensando en darme el gran atracón, pero son días en los que inevitablemente uno se excede más de la cuenta”, confiesa Gisela, que “culpa” a su novio chef como uno de los responsables de su aumento de peso durante este año.
¿Es eficaz restringirse en las comidas durante los días previos a las Fiestas para evitar subir de peso? ¿O es, por el contrario, ese mismo sentimiento de privación el responsable del incontrolable atracón navideño? “No está mal programar la semana, cuidarse y suprimir ciertos alimentos si uno sabe que habrá algún motivo especial donde comerá más que lo habitual. Pero implementar una especie de ayuno para la gran comilona es totalmente desaconsejable –asegura Jorgelina Latorraga, jefa del Servicio de alimentación y nutrición del Sanatorio Finochietto-. Está científicamente comprobado que eso no sirve para nada, porque genéticamente el ser humano está diseñado para sobrevivir en momentos de hambruna, entonces durante las comilonas se enciende la habilidad de ahorrar energía en el tejido adiposo, lo que se conoce como el gen ahorrativo”, explica la experta.
Desde ALPI Asociación Civil, entidad que se dedica a la rehabilitación neuromotriz, la nutricionista Sabrina Roxana Tarico recomienda mantener una alimentación balanceada. Y como consejo para esta época del año menciona la importancia de la hidratación constante con agua. “Lo ideal sería armar un menú fácil y alegórico con las opciones que cada uno puede hacer para que sea rico y saludable. Optar por carnes magras y en caso de incluir fiambres que sea en pequeña cantidad, ya que tienen mucho sodio y grasas. También incorporar verduras como guarnición y moderar el consumo de sal, tratar de cocinar sin ella”, apunta.
De postre, recomienda las frutas. Pero reconoce que el helado suele ser uno de los dulces indiscutidos de la mesa. “Se pueden elegir helados al agua como postre o bien helados ensobrados para control de la porción, tipo casatta o almendrado, y sino hasta 3 bochitas de helado. Y aunque la ingesta de alcohol no está sugerida, en caso de hacerlo para el brindis es importante el consumo moderado, que no sean más de dos copas”.
Luján Cardoso es ama de casa y madre de cuatro hijos varones. Como todos los años se postuló como la anfitriona de la Nochebuena en familia. Y casi una multitud -entre hijos, hermanas, nueras, cuñados y nietos- se reunió alrededor de la mesa en su casa. “Repartimos entre todos la organización de la cena, pero siempre hay demasiada comida –admite-. Me canso de pedirles que traigan solamente lo que cada uno tiene asignado, pero todos llegan con algo más por las dudas. Siempre sobra”.
"Preferimos que falta y no que sobre"
De acuerdo con una encuesta de la Fundación Banco de Alimentos, Unilever y QuieroAyudar.org, que trabaja en una campaña que busca dar visibilidad a la problemática del desperdicio de alimentos y estimular las donaciones, el 73% de los argentinos afirma que compra alimentos y bebidas de más para la cena de Navidad. Y entre los alimentos que más sobran mencionan la carne, el pollo, las ensaladas y los dulces, tipo confituras y pan dulce. Además, 8 de cada 10 dijo estar de acuerdo con ese latiguillo que profesa: “Preferimos que sobre y no que falte”.
Cardoso, que es hipertensa, asegura que desde hace varios años “aprendió a controlarse”, pero confiesa que con su marido es casi una batalla perdida. “Un año terminamos en la guardia. Estaba tan descompuesto que le dolía el pecho. Fue un susto tremendo, pero aún así le cuesta mucho moderarse durante las Fiestas”. La anécdota de Cardoso es una situación que confirma desde su experiencia en el sanatorio la nutricionista Latorraga. “La pirotecnia y los cuadros gástricos son los casos más frecuentes que atienden las guardias de los hospitales en esta fecha. Hay que ser conscientes de que mucha gente llega a esta época del año con mucho estrés, y si a eso le sumamos sobrepeso y otro tipo de patologías, como las cardiovasculares, es un combo peligroso”.
Florencia Borrell es experta en nutrición del método PronoKal para bajar de peso, basado en una dieta proteinada, y desaconseja la dieta rigurosa unos días previos a las Fiestas para desquitarnos en una sola noche y consumir sin control. “No solo perdemos lo logrado sino que estimulamos el efecto rebote, recuperando lo perdido y a veces más –advierte-. Es mucho más efectivo bajar el tamaño de las porciones que habitualmente ingerimos. No llevar la fuente a la mesa, no repetir el plato y tomar mucho agua”.
Desde hace algunos años, y gracias a las campañas de concientización y una fuerte recomendación médica, Latorraga observa que hay “cada vez más gente que se preocupa por su alimentación y la de su familia”. Sin embargo, esta tendencia por lo saludable –a veces en exceso- trae como consecuencia no solamente cambios en la forma de alimentación, sino en los vínculos. “Tengo pacientes vegetarianos, veganos o en la línea paleo que como no están dispuestos a compartir la mesa navideña basada en los excesos y el descontrol prefieren evitar las reuniones familiares. Algunos se aíslan, otros buscan círculos de pertenencia donde todos comparten las mismas creencias en cuanto a la alimentación –observa-. Y muchas veces están intoxicados con tanta información sin ningún tipo de rigurosidad ni base científica que circula por las redes”.
Según algunos estudios elaborados, en la cena navideña se pueden llegar a ingerir hasta unas 10.000 calorías en una sola noche. Gisela Echeverría, mientras tanto, sigue con su plan. “No hago ayuno. Solo trato de moderar las porciones y de evitar el consumo de algunos alimentos”, dice. Como profesora de educación física, asegura que para estar en forma la responsabilidad es de “un 70 % de la alimentación y otro 30 % del ejercicio”. La actividad aeróbica no la abandona durante todo el año. “Me puse las pilas con las comidas, pero en Navidad me voy a dar el gusto de comer cosas ricas”.
Una ayudita extra
- Con la aproximación del verano y las Fiestas, los centros de estética porteños suelen recibir hasta un 30 por ciento más de consultas en comparación con el resto del año. "Las nuevas tecnologías de belleza permiten reducir en pocas semanas varios centímetros en distintas partes del cuerpo", dice Ricardo Ghigliazza, CEO de Bioesthetics, donde aseguran que lo más pedido en esta época son las terapias para bajar el abdomen. Según Ghigliazza, el método conocido como Velashape III, que combina tecnología láser con radiofrecuencia es de los más solicitados. "En tres sesiones es posible reducir hasta 7 centímetros. También puede utilizarse para reducir flotadores o la circunferencia de los brazos, y su efecto es duradero porque destruye los adipositos". Además de una dieta balanceada, habrá que desembolsar para cada sesión de este tratamiento unos $ 5000, y se sugiere realizarlo con una frecuencia mayor a 15 días.
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