Subió la nafta en el Este, y todo con ella
Se calcula que se aumentó el 10%
PUNTA DEL ESTE.- Antes de que se lanzara oficialmente la temporada, en diciembre último, en la asociación que agrupa las inmobiliarias y los hoteles de Punta del Este se firmó un acuerdo voluntario en el que dejan por sentado el compromiso de mantener los precios de propiedades y alojamientos.
Y el Ministerio de Turismo refrendó el acuerdo de los privados, que aseguran haberlo cumplido al pie de la letra.
A pesar de que los precios de los alojamientos y alquileres se mantuvieron con respecto al año último, la gastronomía y los cambustibles sufrieron un leve aumento.
Nafta y gasoil
El 2 del mes actual, como ocurrió el año último cerca de esta fecha, el aumento de la nafta y el gasoil provocó una cierta incomodidad entre algunos veraneantes que se encontraron con la sorpresa cuando fueron a cargar nafta esa medianoche. La nafta subió un 5%, mientras que el gasoil lo hizo un 7%. Esto incidió levemente en el aumento de las tarifas de taxis y remises.
Sin embargo, este año la gente que vino de vacaciones a Punta del Este parece estar más pendiente del clima (para no perderse ni un segundo de sol) que del valor de las cosas.
La evidencia está en los restaurantes y paradores playeros, donde en las horas de almuerzo y cena no cabe ni un alfiler, y hasta hay que hacer largas colas para encontrar una mesa bien ubicada.
En gastronomía
Con respecto a la oferta gastronómica, si bien hubo voluntad para mantener la discreción, los precios se dispararon debido al aumento que sufrió, durante el año último, la canasta básica uruguaya.
Según los dueños de algunos restaurantes y paradores playeros, la suba en comparación con la temporada anterior ronda el 10%. "Subió la mercadería, y eso no lo podemos controlar", dijo a LA NACION Aníbal Gutiérrez, propietario del El Caracol, un gran comedor ubicado en la esquina de las calles 20 y 28.
"Esta temporada aumentaron la carne y el pescado, pero la verdad es que nadie se queja a la hora de pagar la cuenta", explicó el dueño del restaurante esteño.
Para Gutiérrez, "los brasileños ni se fijan en los precios y los argentinos, como están más tranquilos, no preguntan cuando les llevan la factura".
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