Todavía queda mucho por dilucidar
La visión que hoy tenemos los físicos de la materia es que está compuesta por pequeñas partículas, llamadas partículas elementales.
Una de ellas es el electrón. Además del electrón está el fotón (que es la partícula asociada con la luz y las ondas electromagnéticas) y muchas otras. Todas ellas interactúan de acuerdo con unas leyes que, para ser consistentes, requieren la existencia de una cierta simetría: la simetría electrodébil.
Esta no es una simetría que está presente en la vida cotidiana. Por ejemplo, esta simetría predice que además del electrón existe otra partícula llamada "neutrino". Sin embargo, el neutrino y el electrón se comportan muy distinto. ¡Por eso el lector promedio no ha oído hablar del neutrino!
Los electrones son constituyentes esenciales de los átomos. Determinan sus propiedades químicas, eléctricas, etcétera. La luz que usted está viendo sale de los electrones del papel y llega a los electrones en su ojo. Sin embargo, usted está siendo atravesado por una gran cantidad de neutrinos que sólo pueden detectarse con grandes y complejos aparatos.
En resumen, debido a la simetría electrodébil, los electrones y los neutrinos se comportarían igual.
Sin embargo, en la vida cotidiana esto no ocurre. En los años 60, varios científicos propusieron que esta simetría estaría rota a bajas energías debido a la interacción de las partículas con una sustancia que está en todo el espacio.
La forma más sencilla que puede tomar esta sustancia fue propuesta por Peter Higgs e implica la existencia de una partícula más: el bosón de Higgs. Esta partícula ha sido buscada en los aceleradores de partículas por mucho tiempo. Ahora, ¡finalmente fue encontrada!
Ya podemos decir que entendemos mejor por qué los neutrinos pasan a través de nosotros, pero no los electrones. La simetría electrodébil implicaría que los electrones no tienen masa. Pero la interacción con el bosón de Higgs da origen a la masa de los electrones. Y la masa de los electrones es importante para entender por qué los átomos tienen el tamaño que tienen.
En conclusión, a partir de hoy tenemos una teoría consistente que explica todas las interacciones de la materia ordinaria.
¿Es el fin de la física de partículas? ¡No! Quedan muchas preguntas por contestar.
Por ejemplo, la materia oscura sigue siendo todavía un misterio. Y el bosón de Higgs, a pesar de que conocemos su existencia, también sigue siendo misterioso.
Los físicos teóricos creemos que es probable que haya otras partículas que también se podrían descubrir en el Gran Colisionador de Hadrones. Incluso es posible que la partícula que forma la materia oscura sea una de ellas.
Este ha sido un gran resultado de la física experimental de partículas. Involucró la máquina más compleja que la humanidad haya construido. Y fue una hazaña en la que científicos argentinos, trabajando en la Argentina, han participado en forma importante, como parte de una colaboración verdaderamente internacional.
UN APORTE ESPECIAL DEL CONICET
Formar parte del que es considerado el experimento más grande de la historia es, sin duda, un verdadero privilegtio para los investigadores argentinos. El país para una cuota por su derecho a participar, pero además los científicos se sienten afortunados por poder hacerlo en pie de igualdad con el resto. "El Conicet hace un aporte especial para facilitar nuestra presencia en el experimento Atlas", dice María Teresa Dova. "Desde este año, también nos alquila un departamento de cuatro dormitorios, a corta distancia del CERN, para que nos alojemos mientras estamos allá. Era algo que siempre envidiábamos en las delegaciones extranjeras", dice Piegaia.
Juan Martín Maldacena
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