Triple crimen en Mendoza: matan a una joven, a la madre y a su sobrino, y apresan al novio de ella
MENDOZA.- Horas antes de que el hallazgo del cadáver del empresario Rolando Viegas Bordeira le pusiera dramático punto final a una búsqueda que llevaba seis días, un triple crimen conmocionó a los mendocinos. Una mujer de 48 años, su hija, de 24 y con una discapacidad motriz, y su nieto de 4 fueron asesinados a puñaladas en una vivienda del barrio Bandera Argentina, en el departamento de Maipú.
Por el doble femicidio y femicidio vinculado fue detenido el novio de la joven, Exequiel Alexander Ledesma Lardet, de 23 años. Contradicciones en su declaración y manchas de sangre en una de sus zapatillas lo pusieron bajo la lupa de los investigadores. Lloró de camino a la comisaría.
La familia del sospechoso, en tanto, afirma que es inocente, que aquel rastro incriminatorio fue llevado a la casa involuntariamente por un caniche cuyo cuidado compartían el joven y la víctima, y que la Justicia debe buscar al o los homicidas entre "personas que frecuentaban a la dueña" de la vivienda donde se cometió el crimen, a las que, sin embargo, no identificaron.
El triple crimen ocurrió en los primeros minutos del día en la casa 18 de la manzana F del tranquilo barrio Bandera Argentina. Alejandra Silvia Ferreyra era la dueña de la casa. Fue asesinada junto a Karen Ayelén Arenas, una de sus hijas, y a su pequeño nieto Yariel Alexis Bruno, hijo de Janet -hermana de la otra víctima-, que fue quien se encontró con la dramática escena al regresar al domicilio tras una salida a cenar con un grupo de amigos.
Entre las 22.30 de anteayer, momento en que ella salió, y la 1 de la víspera, cuando volvió y se topó con la escena dantesca, se produjo el triple crimen. Cuando Janet dejó la propiedad, Exequiel Ledesma todavía estaba allí. Eso, entre otros indicios, lo convierte en sospechoso.
Los padres del detenido afirman que el chico salió a ayudar a su cuñada, madre del niño asesinado, quien pedía auxilio a gritos. Asimismo, señalaron que los rastros hemáticos hallados en el calzado de Exequiel se deben a que su perro se apoyó en la zapatilla al cabo de ir y venir de la escena del crimen.
"Mi hijo corrió a ayudar a su cuñada y nos encontramos con todo. No tengo idea de qué pasó, pero mi hijo estaba con nosotros y antes había estado en un partido de fútbol. Lo que sí, Alejandra, mi consuegra, salía a bailes y se veía con personas que no conocíamos. Queremos que se aclare todo. Mi hijo ha dado la vida por esta chica, la llevaba a todos lados. Jamás tuvo un problema con la suegra ni con Karen", expresó Nora, madre de Exequiel, acompañada por su marido, Gabriel.
Los vecinos intentan por estas horas comprender qué ocurrió. Afirman que gritos desgarradores los despertaron pasada la medianoche. "No podemos creerlo. Ellas eran buenas vecinas. A la dueña de casa le gustaba salir, pero no traía hombres a su casa. Dudo que haya sido un robo porque no faltaba nada en la vivienda. También es verdad que el chico detenido es muy bueno", expresó una histórica vecina del barrio.
Otros vecinos cercanos a la familia Ledesma Lardet, en cambio, indicaron al diario local El Sol que el joven solía tener problemas con su pareja y que en una ocasión discutieron con él porque "se zarpaba", es decir, maltrataba a la chica, que por su discapacidad se movilizaba en silla de ruedas. Además, contaron que "nunca quiso" a Yariel, el sobrino de su novia.
Mientras, desde el Ministerio de Seguridad mendocino buscan dar por esclarecido el hecho sobre la base del rastro orgánico hallado en las zapatillas de Exequiel. Además, los peritos de la Policía Científica ya habían corroborado que las entradas de la vivienda no habían sido forzadas y que de la casa no faltaban elementos de valor, como electrodomésticos y teléfonos celulares, lo que, al tiempo que alejaba la hipótesis del crimen en ocasión de robo, robustecía la presunción de que el homicida era alguien de confianza de las víctimas.
El triple crimen de Maipú trajo a la memoria un caso similar ocurrido en octubre de 2016 en el barrio Trapiche, donde el profesor de taekwondo Daniel Zalazar mató a su expareja, a la tía y a la abuela.