Un cuadro que se propaga rápido

Los brotes de gripe son acontecimientos recurrentes que tienen consecuencias sanitarias, económicas y sociales importantes. En un mundo interconectado como el actual, un brote local puede convertirse rápidamente en una epidemia en el nivel nacional que nos deje poco tiempo para preparar la respuesta de salud pública que detenga la propagación de la enfermedad.

La comunicación social estratégica para la concientización y los mensajes convergentes sobre la gripe para definir conductas antes y durante el brote reducirían la propagación del virus y mitigarían el impacto. Todo esto, independientemente de que dispongamos de vacunas y fármacos antivirales, que afortunadamente los tenemos.

Acá hay vacunas, las autoridades sanitarias se han preocupado de contar con los recursos necesarios, pero lo principal es comunicarle a la población la importancia de ir al vacunatorio. Hay que vacunarse contra la gripe.

Es vital tener en cuenta los pilares fundamentales en la propagación. Modificar las conductas del paciente, y también del médico y el personal de salud, mediante la comunicación social es un desafío que implica campañas y financiación sostenidas para el desarrollo de mensajes focalizados en mecanismos adecuados de difusión.

También se requiere contar con recursos humanos bien capacitados en la comunicación. La sociedad en su conjunto debe participar para que las acciones que se programen no fracasen.

La gripe es altamente contagiosa y ha demostrado su capacidad de impacto, su rápida evolución y lo impredecible que puede ser. Por lo tanto, en vez de ser cronistas de lo que pasa, hay que asegurarse de disponer y utilizar oportunamente la totalidad de los recursos necesarios.

Hoy, la meta que tenemos que alcanzar es la vacunación de los grupos de riesgo (embarazadas, menores de dos años, personas con enfermedades de base, personal de salud, etcétera).

Es importante que los agentes de comunicación social adviertan a los grupos de riesgo para que éstos se reconozcan como tales y participen activamente en la vacunación, y que el personal de salud se vacune para evitar la transmisión del virus de la influenza a los pacientes internados (que justamente por estar hospitalizados pueden encontrarse en situación de riesgo), para disminuir el contagio de sus convivientes, y evitar la principal complicación de la gripe, que es la neumonía.

Horacio López