El caso María Soledad. Un cúmulo de indicios respalda la condena
Luque y Tula irían el martes al juzgado para la lectura de los fundamentos
SAN FERNANDO DEL VALLE DE CATAMARCA.- Después de la resonante sentencia, toda la atención está puesta ahora en los fundamentos. En saber con cuáles argumentos jurídicos el trío de camaristas condenó a 21 años de prisión a Guillermo Luque y a 9 años a Luis Tula, como los responsables del crimen de María Soledad Morales.
Pasado mañana, a las 12, por última vez en este histórico proceso de casi siete meses de duración, regresarán al recinto todas las partes y los condenados tendrán la opción de concurrir, si lo desean.
Tensa espera
También habría un condimento picante en las afueras del tribunal. Allí, tal como lo afirmaron en la marcha de anteanoche, amigos y familiares de los penados esperarán los considerandos del veredicto y no se descarta que reflejen su descontento frente a la sede judicial.
Se estima que los fundamentos, que se terminarían de redactar este fin de semana, superarían algo más de 200 fojas, es decir unas 400 carillas tipo oficio.
Una cuestión que aún no estaría definida es si el voluminoso fundamento será leído en la sala de audiencias, o bien, se le dará una copia a cada una de las partes.
Si se cumple con el primer término, los secretarios de la cámara, Jorge Palacios y María Fernanda Vian, tendrán que agenciarse de una buena dosis de miel o humedecer bien sus gargantas para encargarse de la lectura completa que, tal vez, demande más de una jornada.
Con suspenso
Según las tradicionales normas de redacción de las sentencias, lo relativo a los fundamentos podría decirse que sería como el guión de una película de suspenso.
Es decir, el tribunal narrará cómo se iniciaron los hechos y, si lo cree necesario, en qué contexto social y político se vivía por aquel entonces.
Luego seguirá el desarrollo: dónde y con quién estuvo después de la fiesta de fin de curso. Y, lo que todos esperan, cómo sobrevino el final: el asesinato.
Para ello, cada tramo de su historia estará refrendada por los dichos de determinados peritajes y testigos que consideraron firmes y seguros los camaristas.
También podrán rebatir otras hipótesis que giraron en el proceso y afirmar por qué otros testimonios resultaron falsos o no fueron convincentes los resultados de algunos estudios que constan en la causa.
Pocas pruebas
Los observadores que han seguido de cerca este debate presumen que los jueces no basarían su fallo en elementos de pruebas contundentes, de los que tanto se ha hablado por aquí y de los que habría carecido el caso Morales.
Según las históricas doctrinas de juzgamiento universal, existen tres tradicionales vertientes con las que se administra justicia:
- La denominada de libre convicción, que sólo se guía en indicios y, en cierta forma, también prejuicios, que fuera utilizada por régimenes inquisidores; doctrina casi desterrada.
- De la prueba lógica, opuesta a la anterior, pues se funda con pruebas legales contundentes.
- La llamada de la sana crítica, que aplica los principios lógicos de convicción.
Esta última, justamente, es la que en general se aplica en nuestro medio y que, no siempre, se alimenta de los elementos contundentes para resolver una condena.
Es más, no son pocas las veces que roza algunas aristas de la doctrina de la libre convicción.
Por eso, no debe llamar a sorpresas que durante la lectura de los fundamentos no salgan a relucir pruebas de peso que involucren a los penados, sino más bien, una serie de indicios, unívocos y concordantes, es decir, firmes, que el tribunal consideró suficientes para determinar las responsabilidades y así bajar el martillo de las condenas.
Además de los castigados por la ley, habrá quienes no estarán de acuerdo cuando terminen de darse a conocer todos los fundamentos.
En ese momento, seguramente, comenzará el tiempo de las críticas y también de las interminables apelaciones.
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