Un feliz reencuentro familiar
"Mi mayor miedo era que mis hijos no me reconocieran, pero cuando los vi y me abrazaron, mis temores quedaron atrás."
De esta manera, Beatriz Arias describió la reunión que tuvo el último 9 de septiembre con sus dos hijos, de tres y cuatro años, a quienes no pudo ver durante tres años.
En 1995, Arias firmó un permiso que autorizaba a su marido, Martín Chuquista Torres, a viajar con los menores a Perú para visitar a los abuelos paternos.
"Pasaron 45 días y no tuve noticias de ellos. Fue entonces cuando inicié gestiones judiciales", comentó Arias, mientras sus hijos jugueteaban en un patio.
Los funcionarios de la embajada argentina en Perú y del consulado en Lima le otorgaron a Arias los pasaportes provisionales para que su hijos pudieran salir de Perú.
Según aseguró la mujer a La Nación , los chicos vivieron durante los últimos tres años engañados: sus abuelos paternos les hicieron creer que eran sus padres. Por esa razón, la próxima semana los chicos comenzarán un tratamiento psicológico.
"Intentaba hablar con ellos por teléfono pero los abuelos nunca me lo permitieron", comentó Arias.
La madre, que volvió a nuestro país junto con sus hijos días atrás, vive en Claypole y trabaja como auxiliar de limpieza en la Escuela Media Nº 4, de esa localidad bonaerense.
Sin quitar la mirada de los dos chicos -cuya identidad se mantiene en reserva-, la madre confesó que no quiere dejarlos solos nunca más: "Tengo tanto miedo de que los vuelvan a secuestrar que trato de llevarlos conmigo a todas partes".
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