En Fuentes, Santa Fe. Un preso, a cargo de la comisaría de su pueblo
Debido a la falta de personal, hasta atendía las denuncias
SANTA FE.– Amablemente se ofreció a colaborar con los vecinos que llegaron a la comisaría de Fuentes, pueblo situado a 207 kilómetros al sur de esta ciudad, para pedir que persiguieran al ladrón que acababa de sustraer un estéreo. Como estaba solo en la seccional, llamó por teléfono a un policía que vive cerca y que se encontraba de franco. El agente acudió, intervino en el episodio y recuperó el artículo robado. Todo muy prolijo, excepto que aquel diligente “empleado policial” que estaba del otro lado del mostrador era... un preso.
El insólito hecho dejó al descubierto una irregular situación en la comisaría de Fuentes: el detenido, que gozaba de salidas transitorias por trabajo, solía quedar a cargo de la seccional, afectada por la falta de personal.
Cuando trascendió lo sucedido, el ministro de Gobierno de la provincia, Roberto Rosúa, dijo que antes de fin de año incorporará 70 agentes a la regional de San Lorenzo, departamento del que depende Fuentes. El preso, claro, perdió sus privilegios, y las autoridades policiales ordenaron un sumario para deslindar responsabilidades del jefe de la comisaría, el subcomisario Sergio Cristaldo.
También elevaron las actuaciones a la justicia provincial, según confirmó a LA NACION el subsecretario de Seguridad Pública, Gustavo Peters.
El hecho conmovió a la pequeña localidad de Fuentes. Tanto, que el presidente comunal, Norberto Contrucci, se quejó ante el ministro Rosúa y reclamó el refuerzo policial en la seccional del pueblo.
Como se dijo, Rosúa prometió el envío de 70 agentes para todo el departamento, diez de los cuales irían a la comisaría de Fuentes.
El único que no mostró alarma y hasta deslizó una defensa del preso fue el oficial Cristian Flöiger, jefe de Relaciones Policiales de la regional de San Lorenzo.
Según el policía, el detenido no es una persona peligrosa y su conducta es "pacífica".
Aclaró que "contaba con salidas laborales" autorizadas por el juzgado correccional y penal de Cañada de Gómez y que trabajaba en la comuna de Fuentes, "con conocimiento del presidente comunal" Contrucci.
De todos modos, designó además a un nuevo oficial para que se desempeñara como subjefe de la dependencia a cargo de Cristaldo.
Pero hagamos un poco de historia. Hasta hace hoy una semana, la atención brindada por el preso había pasado inadvertida en Fuentes.
Robo y denuncia
Todo cambió en la noche del jueves último: a las 21.30 de ese día un delincuente robó un estéreo de una camioneta y, al ser descubierto, abandonó el lugar con el artefacto encima y se refugió en una obra en construcción.
Según consta en sede policial, un familiar de la propietaria del automóvil robado emprendió la persecución del ladrón, mientras que la mujer llamaba a la comisaría.
Como nadie atendía el teléfono, un grupo de vecinos se trasladó hasta la seccional, distante unas dos cuadras del lugar del delito.
Al llegar, encontraron el edificio cerrado. Golpearon varias veces hasta que la puerta se abrió y apareció un civil, que de inmediato llamó por teléfono a un policía conocido que estaba de franco.
El agente de guardia, explicó el hombre a los denunciantes, en ese momento viajaba camino a la localidad de Pujato, muy próxima a Fuentes, en un móvil policial en el que trasladaba a otro efectivo.
Según los testimonios recogidos, el preso tenía cabal conocimiento de todos los movimientos de la comisaría. Tanto que, cuando arribó a la seccional el guardia que había convocado, le entregó un arma reglamentaria para que lo ayudara en la búsqueda del delincuente.
El policía de viaje regresó poco después y colaboró en el operativo, que finalizó feliz con la recuperación del estéreo, aunque el ladrón en ese momento logró escapar.
El delincuente, sin embargo, fue apresado esta semana. "El caso se está investigando y se adoptaron las medidas necesarias para esclarecer lo sucedido", apuntó Peters.
Tras la denuncia del irregular episodio, el jefe de la Unidad Regional XVII, comisario general Reinaldo Juan Andrada, dispuso el traslado del detenido que solía atender en la seccional de Fuentes a la Alcaidía central de la jefatura.
La publicidad del caso le jugó en contra al diligente "empleado", ya que todo concluyó con que las autoridades le quitaron el privilegio de las salidas laborales.
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