Un raid criminal incluyó un rapto y un disparo en el rostro de un gendarme
Un grupo de delincuentes que escapaba de la policía hirieron de gravedad a un suboficial de la Gendarmería en la localidad bonaerense de José C. Paz. El efectivo se dirigía a su puesto de servicio cuando se cruzó en el raid de los ladrones. Esa banda había robado un vehículo y secuestrado al propietario, pero esa maniobra fue advertida por un vecino que llamó al 911 y se inició así la persecución policial. Pese al operativo cerrojo desplegado tras el ataque al gendarme, los criminales lograron evadirse. El suboficial recibió un disparo en el rostro y fue trasladado al Hospital Churruca Visca, donde era operado al cierre de esta edición.
El raid criminal comenzó en General Rivas al 1100, en Bella Vista. Según fuente policiales, en la madrugada de ayer, Daniel Fiorano, de 55 años, ingresaba en su domicilio cuando fue sorprendido por al menos tres ladrones. La víctima fue colocada en el baúl de su Ford Focus y los delincuentes iniciaron su escape en ese vehículo.
Tras una llamada al 911, el personal policial de la provincia de Buenos Aires fue alertado del hecho y dio con el Focus en plena huida. Según fuentes de la pesquisa, los policías efectuaron disparos contra el auto que escapaba por la avenida Presidente Hipólito Yrigoyen, pero perdieron pronto el rastro. En el cruce con Cesáreo Bernaldo de Quirós, los delincuentes perdieron el control del auto y colisionaron contra una farmacia.
"Llegué a trabajar a las 7.40 y estaba el Focus acá estrellado sobre la pared. Tremendo. Cuando chocó salió el hombre que tenían secuestrado", relató un empleado de la farmacia, Paulo Tula, a LA NACION.
Tras el impacto contra el local, los tres delincuentes descendieron del auto y corrieron por la calle Cesáreo Bernaldo de Quirós. Las cámaras de seguridad de ese lugar lograron captar ese momento. Según las filmaciones pasaron por allí a las 6.04. Todavía era de noche en José C. Paz.
Según fuentes policiales, en ese instante el suboficial de Gendarmería Cristián López, de 34 años, caminaba por la calle Arenales, a pocos metros del choque. Se dirigía a cumplir servicio en la cercana Base Operativa N° 1. Los tres delincuentes corrían por Quirós y doblaron en Arenales. López los vio en ese momento. Los delincuentes observaron el uniforme y le dispararon en la cara con una escopeta.
El gendarme quedó frente a la entrada de una casa. Los delincuentes tras el disparo volvieron sobre sus pasos y comenzaron a desprenderse de sus pertenencias mientras cada uno corría para un lado diferente.
"Escuché el disparo. De hecho tras el paso de las horas, los ladrones se movieron por distintas casas. Sandra, la vecina de Quiros 215, había salido temprano al trabajo. Cuando llegaba a la avenida, sus hijas la llamaron para que vuelva porque dos de los delincuentes estaban en un galpón que tienen. Pero cuando llegó la policía ya se habían ido", relató una vecina del barrio.
Dos horas después del ataque, el refuerzo policial en la zona alcanzó una considerable dimensión, con un helicóptero, tropas especiales de la policía bonaerense, personal de la Gendarmería y una tanqueta. Las fuerzas de seguridad iniciaron un rastrillaje por la zona e ingresaron en todas las casas en un radio de 10 cuadras para intentar dar con los sospechosos, que lograron evadirse. Según fuentes policiales, en las inmediaciones se encontraron dos camperas que habían sido descartadas por los ladrones. Además, dieron con una escopeta tipo "tumbera", presuntamente usada para herir al gendarme, y también se recuperó el arma reglamentaria del agente.
"Había muchos gendarmes. Acá en el barrio es tranquilo. Pero la verdad que fue impresionante el operativo. Pero no pudieron encontrar a nadie", contó Delia Gervasoni, una vecina del lugar donde fue baleado el gendarme.
El secuestrado, herido
Fiorano, el hombre que había sido secuestrado por los delincuentes, fue encontrado por el personal policial y trasladado a un hospital local al presentar una herida superficial de bala. Los médicos determinaron que se encuentra fuera de peligro y los investigadores esperaban anoche avanzar a partir de su testimonio.
La investigación quedó en manos de la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) N° 23 de Malvinas Argentinas que conduce Daniel Alejandro Maccio. La Gendarmería por su parte también continúa la pista para dar con los sospechosos.