Un torneo para dar lugar a todos
Juegos: 170 niños y jóvenes de todo el país participaron, la semana última, de competencias en sillas de ruedas; ya se preparan para el 2000.
"Ayudo porque quiero que estos chicos lleguen lejos", explicó Marcos, de 19 años, uno de los 150 voluntarios de los IV Juegos Deportivos Nacionales y I Internacionales Infantiles y Juveniles sobre sillas de ruedas, que organiza cada dos años la Asociación Para Espina Bífida e Hidrocefalia (Apebi).
Durante la semana última, participaron más de 170 niños y jóvenes de 6 a 21 años, que vinieron desde distintas provincias del interior, y dos delegaciones del Uruguay y de Chile.
Los juegos se desarrollaron en las instalaciones del Cenard y en el Centro Nacional de Recreación y Deportes, situado en Ramsay 2250.
Los entrenamientos
Allí, tres veces por semana acuden entre 40 y 50 chicos con patologías que afectan el aparato locomotor, para entrenarse en distintos deportes, como atletismo con lanzamiento de bala, disco y jabalina.
Los más chicos pueden practicar lanzamiento de clava y pelota de softbol. Además, juegan al basquet y practican velocidad sobre sillas de ruedas.
"Hay chicos que vienen con muletas o bastones. Para hacer deportes, utilizan las sillas de ruedas, medio que les brinda mayor movilidad", explicó Mariel Scartascini, subdirectora de los juegos y licenciada en educación física. "Los juegos son una vía de despegue de los chicos, para que adquieran independencia, autonomía y aprendan a integrarse", manifestó Scartascini. Y agregó: "Esperamos que los chicos se motiven con el deporte y lo desarrollen en el futuro con mayor intensidad".
Los juegos más esperados
Lo cierto es que entre las personas que estaban en el predio había un común denominador: todos sonreían y el ambiente era de camaradería.
"Los chicos no tienen muchas posibilidades de competir durante el año. Por ello, esperan tanto estos juegos", comentó a La Nación Mariel Scartascini.
Hay dos niveles de entrenamiento: una parte promocional, para los que se inician, y una parte oficial para los atletas de alto rendimiento deportivo.
Esperanzas en el 2000
Las jornadas se organizaron por primera vez en 1990. En ellas participaron 80 chicos. Por falta de recursos económicos no se pudieron llevar a cabo en el 94, pero sí en el 96, cuando participaron 165 jóvenes.
Para el año 2000, ese ansiado fin del milenio, los organizadores de estos juegos esperan duplicar el número de participantes. Además, se prevé que puedan competir delegaciones de otros países de América latina, como una forma de juntar voluntades.
"Junté 200 puntos y los voy a cambiar por una pelota", dijo Martín, de 13 años, con una enorme sonrisa que no podía esconder durante la visita.
Su padre explicó a La Nación : "Martín está hace tres meses en Apebi. La bici era su vida antes de la operación. Con todo esto está muy contento".
Con reglas bien claras
Las reglas de competición de basquet sobre sillas de ruedas son las mismas que las tradicionales. "Los equipos de basquet son de cinco personas. Se penaliza cuando se dan más de cinco pisadas, nosotros lo llamamos remadas", contó el director de los juegos«, Fernando Cerizola.
Las disciplinas en las que participaron los chicos fueron: natación, basquet y atletismo. A cada delegación se le entregó una copa y hubo medallas para todos los participantes para que nadie se sintiera un perdedor.
En Apebi trabajan, ad honórem, cuatro profesores de educación física, y ocho estudiantes de esa carrera que son voluntarios. Además, participan familiares de chicos con problemas motores.
La participación de las familias y de los amigos de quienes padecen la enfermedad es importante para los profesionales, porque representan un lugar de contención que los pacientes necesitan.
Según pudo saber La Nación , mientras se desarrollaban las competencias hubo actividades de recreación para los que no participaban. Los chicos ganaban puntos, que luego cambiaron por pelotas, carpetas, y otros juguetes.
lanacionar