Una travesía por los médanos a puro confort
La Toyota SW4 es sofisticada y urbana, pero tiene alma de 4x4. Subirse a ella para recorrer los médanos de Pinamar es una experiencia que vale la pena probar en este verano
Quizás una de las mayores fortalezas de la nueva Toyota SW4 es no solo haber logrado reinventar un vehículo que ya parecía haber alcanzado la perfección sino también mantenerse como líder de su segmento. Sofisticada y elegante, aunque su impronta es más bien urbana, a la hora de subir y bajar médanos demuestra que en el fondo tiene alma de 4x4.
Así queda demostrado por lo menos en las travesías que durante todo el verano organiza Toyota en el arenoso norte de Pinamar , ahí dónde se terminan los balnearios y empieza un paisaje que si no fuera por la gran cantidad de vehículos y cuatriciclos que circulan durante todo el día parecería extraído del mismo desierto africano.
Miércoles y sábados de 10 a 13.30 los fanáticos de las dunas pueden acercarse al stand que Toyota tiene en Bunge e Intermédanos para formar parte de una caravana interminable que desafía las pendientes más pronunciadas para terminar con un refrescante licuado junto al mar.
A la arena en familia
La primera gran ventaja que tiene recorrer los médanos con la SW4 es que se puede hacer con la familia entera o con amigos, porque la camioneta viene en versiones de 5 o 7 asientos súper cómodos. Luego solo resta tomar los recaudos que requiere la conducción en la arena, como bajar a 20 libras los neumáticos y quitar el control de estabilidad.
Con el vehículo preparado, solo queda divertirse. El ingreso al circuito, siempre bien arenoso, es la mejor oportunidad para poner a prueba el auto y sentir cómo la potencia evita que quede encallado. Enseguida el recorrido en zigzag a través de las dunas va aclimatando al conductor y a sus acompañantes, que si tienen las ventanillas subidas nada escuchan del exterior por la perfecta insonorización de la cabina. De a poco, empieza la acción. Los primeros médanos sirven para un leve surfeo, siempre con la dirección hacia abajo una vez que se remontó la duna. El primer punto de detención es el preludio de las pruebas más osadas: un médano bien empinado que debe ser subido a toda velocidad para llegar hasta la cima y otro igualmente inclinado aunque más corto para el descenso.
La SW4 responde de gran manera a los desafíos y dentro de ella el confort le sigue ganando a los sobresaltos que genera la irregularidad del terreno. Pasadas las pendientes, lo que queda es ir dominando las dunas que conducen hacia el mar con surfeos bien exigentes. La verdadera dimensión de la proeza se percibe al ver a las camionetas de adelante.
Después de casi tres horas de exigir al máximo los atributos del vehículo, divisar el parador El Más Allá y el mar indica que la travesía ha llegado a su fin. Es el momento del relax, aunque en el caso de la SW4 nunca termina de quedar claro si es más provechoso arriba o abajo de ella.
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