El uruguayo que escribió los insólitos consejos para turistas argentinos contó por qué lo hizo y qué le fastidia más
Enrique Alzugaray vive en Montevideo y tiene muchos amigos argentinos; en los ocho años que vivió en el país, supo observar lo mejor y lo peor de los ciudadanos
Enrique Alzugaray es uruguayo. Vive en Montevideo y tiene 62 años. A lo largo de su vida, viajó a varios países. Estuvo en España mucho tiempo, donde hizo amigos, esos de verdad, que están siempre con uno. Varios de ellos son argentinos y le recuerdan los ocho años que vivió en Buenos Aires, desde 1999 hasta 2007. Sí, Enrique vio a los argentinos sufrir la crisis de 2001, se solidarizó con el pueblo y aprendió de él, de sus ganas de salir adelante, del amor por el prójimo, del sentimiento de grupo de un país en bancarrota. Pero también les “sacó la ficha”: conoció sus hábitos más molestos, sus arrogancias, esas actitudes que a veces hacen mala fama.
Con todo el conocimiento que esos años le dejaron, el 29 de diciembre escribió un post en su cuenta de Facebook en respuesta a una nota que había visto en el diario El País y que daba recomendaciones a los turistas argentinos. Hoy, ese post fue publicado como una carta de lectores en LA NACION. En clave humorística, brinda cinco recomendaciones a tener en cuenta por los porteños que viajan a su país: disimular el acento, caminar "como Dios manda", bajar el tono de voz, no hacer tantas preguntas "al cuete" y no elogiar tanto.
“La idea me surgió luego de leer consejos a los argentinos que venían a Uruguay, algunos era ciertos pero otros no encajaban. Por eso me puse a pensar con humor en otras recomendaciones para los porteños”, dijo en diálogo con LA NACION respecto de su mensaje. “Lo hice para divertirme, son verdaderas las actitudes a las que refiero, pero fue sólo diversión”.
Respecto de las cosas que lo inspiraron a hablar de estos cinco puntos, Enrique aseguró que en parte fueron los años que pasó en Buenos Aires. “Ahí me di cuenta, por ejemplo, que nos quieren más que nosotros mismos. El prejuicio con los porteños es falso, porque nos quieren mucho”. Por otro lado, están las cosas que le ocurren en Montevideo . Por ejemplo, él vive cerca de una plaza turística y cuando pasa y hay un argentino siempre algo le preguntan, una calle, una ubicación. En vez de mirar el mapa, preguntan, remarca. “Además, el tono porteño nunca nos gustó, es algo agrandado. Parecen que van arrasando con todo. Te hablan como subidos a un escalón”, agrega.
Sin embargo, Enrique sabe reconocer las virtudes de sus vecinos: “El argentino va mucho más de frente que el uruguayo. Aprendí a ser sincero por los argentinos. Y también son mucho más solidarios. Cuando pasó lo del 2001, todos salieron a las calles a manifestarse. Eso es lo que más admiro. Acá en Uruguay es una lucha individual”.
También habló sobre la comparación constante entre ambos países, sus pro y sus contra: “Este verano, un argentino puso una pancarta en su balcón en la que denunciaba que lo habían robado, como diciendo que acá, en Uruguay, también hay delincuencia y parece que fue un agravante su nacionalidad. Como si no tuviera derecho a protestar porque en Argentina se roba más. Bueno, sí, se roba más porque hay más gente. Pero la problemática es la misma”.
Por último, Enrique hizo referencia a lo distintos que son los porteños y los argentinos que viven en el interior del país. “Cuando vienen del interior, no nos damos cuenta que son argentinos. A no ser por la tonada de los cordobeses, por ejemplo. El porteño se destaca de los demás”, finalizó.