Verano violento: una seguidilla de robos en casas golpea a Chapadmalal
Los delincuentes ingresaron armados y encapuchados a viviendas cercanas a un barrio cerrado y se llevaron objetos fáciles de trasladar; los hechos ocurren en medio del despliegue de 13.000 efectivos en toda la costa
MAR DEL PLATA.- En Chapadmalal la temporada empezó a punta de pistola. Delincuentes encapuchados asaltaron anteanoche una casa que está en el acceso al barrio privado Marayui, en el que hace pocas semanas delincuentes no identificados y bajo misma modalidad mataron a un criador de caballos de polo en un supuesto intento de robo.
El caso de estas últimas horas se da en el contexto de otros similares registrados en la misma zona, en los que las víctimas fueron turistas que habían alquilado casas próximas al mar en un entorno que se presumía con condiciones de tranquilidad.
Desde la policía confirmaron ayer una serie de allanamientos en marcha que permite presumir el esclarecimiento de alguno de estos casos. Víctimas de estos robos pasaron por sedes policiales para participar de rondas de reconocimiento con fotografías e identificar a autores de estos delitos calificados.
Los robos se dan en pleno inicio del Operativo Sol, con más de 13.000 policías apostados en los distintos balnearios de la costa atlántica e incluso equipos flamantes estrenados para la última reunión del G-20 , siempre con la intención de brindar el mayor esfuerzo para controlar a los delincuentes y prevenir hechos.
El último robo en la zona sur, próxima a Miramar , se dio en el acceso a Marayui. Delincuentes encapuchados ingresaron en una propiedad, les robaron a los inquilinos -oriundos de la Capital- todas sus pertenencias y huyeron. Personal policial, a partir de una serie de pistas, logró identificar a los supuestos autores del robo.
Los investigadores dieron con una banda en la periferia de Miramar, donde habrían detectado algunos de los teléfonos celulares robados en estos últimos hechos.
Una víctima de estos robos, que reclamó preservar su identidad, contó: "Entraron por una ventana, está claro que conocían muy bien la casa". El inmueble tiene alarmas y estaba alquilado por dos familias integradas en total por 13 personas.
Los tres delincuentes, dijo, estaban encapuchados, aunque por momentos lograron percibir algunos rasgos que luego pudieron informar en sede policial. Allí avanzaba la investigación que preveía una serie de allanamientos en domicilios de la periferia de Miramar.
Tras ingresar por la ventana, los ladrones ingresaron al inmueble por una pequeña ventana. Todos armados y encapuchados, redujeron a las 13 personas que estaban en la casa, a las que encerraron en un dormitorio de planta alta. Se llevaron teléfonos celulares, algo de dinero en efectivo, cámaras de fotos y comida que tenían para estos últimos días, ya que mañana completaban su estada.
Más allá de ser apuntados con armas de fuego, no hubo golpes ni maltratos. Solo violencia verbal con presiones para entregar valores y dinero en efectivo que no tenían consigo. Ayer, luego de trámites en sede policial, ya habían partido hacia su lugar de origen. "Solo queríamos volver a casa", dijo uno de los jefes de familia que partieron rumbo a la Capital.
Como se dijo, la zona ya es castigada por la delincuencia. Hace pocas semanas un criador de caballos de polo fue asesinado en un supuesto intento de robo también en Marayui. Los autores aún no fueron identificados.
Cerca de la ruta 11
Otra familia contó a LA NACION sobre su caso, ocurrido a mitad de mes, en una casa también cercana a Marayui y próxima a la ruta 11. Era de noche, a las 20.30, cuando tres delincuentes encapuchados y armados también ingresaron por un balcón. Redujeron a dos matrimonios, que tenían a sus bebés, de tres y seis meses. "No fueron violentos, solo nos ataron a los varones", contó una de las víctimas.
Los sorprendieron en el comedor. Mientras buscaban dinero, oro y armas, comieron empanadas y bebieron cervezas, que eran la cena de ambas familias. "Se movieron muy tranquilos, sabían muy bien lo que hacían", contaron sobre el despliegue de los delincuentes, que se llevaron dinero, dos computadoras y dejaron alejados los celulares de los damnificados, pues sabían que eran fáciles de rastrear.
La banda huyó con ropa y otros valores de los habitantes de la casa. Casi una hora permanecieron en el inmueble, período en el que revisaron cajones y cada rincón. Luego se fueron. "Apagaron las luces, cerraron las cortinas, sabían muy bien lo que hacían", insistió una de las víctimas.
Estos robos ocurrieron a no más de dos kilómetros de la residencia oficial de Chapadmalal, donde están descansando la gobernadora María Eugenia Vidal, sus hijas y algunos allegados. En cercanías de esta propiedad hay un despliegue de seguridad más que importante que los vecinos de la zona entienden como una distracción del operativo que se debería dar en barrios aledaños, donde hoy están sufriendo estos robos a mano armada.
Días atrás se registraron otros casos bajo la misma modalidad que el de anteanoche: delincuentes que ingresan a las viviendas cuando hay ocupantes en su interior. Siempre encapuchados, reducen a sus víctimas, les roban pertenencias y huyen. Priorizan valores de fácil traslado, como dinero, teléfonos, equipos informáticos portátiles y joyas. También han escapado con automóviles de sus víctimas.
Operativo
Estos golpes sacuden fuerte el inicio de este Operativo Sol, que el gobierno provincial planificó con miles de policías repartidos en toda la costa atlántica, con especial hincapié en destinos que son más castigados por la delincuencia, como Mar del Plata, Pinamar y Cariló.
En este último balneario, los veraneantes relataron haber sido sorprendidos por un control en el acceso que pide documentación a muchos turistas que ingresan, algo que no sucedía en veranos anteriores.
El gobierno de la provincia de Buenos Aires informó haber dispuesto más de 13.000 policías en total a lo largo del frente de costa atlántica con el objetivo de prevenir robos, a lo que sumó móviles y nueva tecnología que permitiría combatir a la delincuencia.