Violento asalto en un restaurante, a solo dos cuadras del Congreso
En los primeros minutos de este martes, un grupo de seis delincuentes descendió de una camioneta en la intersección de la avenida Rivadavia y la calle Sarandí. Agitando dos pistolas y un revólver, enfrentaron a un camarero que estaba en la puerta lateral del restaurante Bigg Coure, y se dirigieron al mostrador principal. Sin embargo, la caja registradora sufrió un desperfecto y no pudieron abrirla. Entonces, fueron contra los clientes, que, poco después de la medianoche, ocupaban al menos siete mesas.
"A los clientes les pusieron las armas en el cuello y se llevaron las billeteras y los teléfonos celulares. Uno de los ladrones, el más joven, fue el que se comportaba con mayor violencia. A dos hombres que estaban cenando los apretaron mucho, con el arma en la cabeza, y se desmayaron por el susto", dijo a LA NACION un camarero llamado Hugo, nacido en Santiago del Estero, que trabaja en ese restaurante hace 15 años.
Según información oficial, luego del atraco, dos ambulancias del SAME llegaron hasta esa esquina para asistir a los comensales que colapsaron por los nervios y el temor. La investigación del violento asalto quedó a cargo de la comisaría vecinal 3B, y de la Fiscalía Criminal y Correccional N° 9 de la ciudad de Buenos Aires.
Los empleados del restaurante explicaron que en ese momento y en esa esquina específica solo continuaban atendiendo un quiosco y otro restaurante, justo al lado del que fue asaltado. "Los ladrones no tenían más de 25 años y estaban drogados; el que se quedó en la puerta conmigo lucía muy alterado. Me dijo que me tire contra el piso, pero yo me resistí porque en el bolsillo tenía mi teléfono y casi $20.000 de la recaudación", recordó el camarero.
El empleado del restaurante recordó: "Una señora se negaba a entregar la cartera y la maltrataron bastante, ella dijo que no quería soltar el bolso porque iba a viajar y tenía algunos dólares". Y agregó: "Hemos sufrido varios asaltos, pero hace bastante tiempo; creo que el último ocurrió hace, por lo menos, cinco años. Esta vez, mientras nos robaban, muchos de los que trabajan aquí fueron hasta el subsuelo y en el local quedamos solamente dos empleados y el cajero".
Para describir la vida cotidiana en esa esquina -ubicada a dos cuadras del Congreso de la Nación- los empleados de Bigg Coure señalaron: "Esta zona, durante la noche, es bastante complicada; a los quioscos de la cuadra entran bastante para robar. Y, durante el día, es común ver motochorros que se llevan celulares".
Voceros policiales confirmaron que los asaltantes taparon sus caras con gorras y las capuchas de sus buzos. Luego de robar las pertenencias de todas las personas que cenaban allí, abordaron nuevamente una camioneta marca Nissan color naranja, y escaparon rumbo al barrio de Constitución. Primero aceleraron por la avenida Rivadavia, y luego doblaron en la calle Rincón, sin ser capturados.
Repuestos del susto, los empleados del restaurante volvieron ayer a trabajar, ya que, como aseguraron, se trató de una situación anormal para ese comercio gastronómico. Los investigadores, en tanto, buscaban pistas al verificar imágenes en las cámaras de seguridad ubicadas en la zona.