WhatsApp debe cumplir con la orden del juez
Al desoír el pedido judicial, la compañía obstruye una herramienta fundamental para la investigación
El miércoles pasado un juez brasileño ordenó bloquear el servicio de WhatsApp en el territorio de la República Federal de Brasil ante la negativa de dicha empresa a suministrar información sobre distintos hechos de pedofilia y el historial de mensajes que habrían intercambiado algunos individuos vinculados a esos casos. Doce horas más tarde, recurso judicial de por medio, un tribunal superior ordenó la reanudación del servicio. Lo cierto es que, durante medio día, los brasileros se quedaron sin WhatsApp.
El caso vuelve a plantear la importancia de la prueba digital y de la mensajería instantánea ya que "el historial de mensajes" constituye prueba de cargo de un hecho delictivo. Pensemos en el caso del fiscal Alberto Nisman, por ejemplo.
Tengamos presente que todos (o prácticamente todos) en Argentina usamos WhatsApp como chat de mensajería instantánea en nuestros smartphones. Este servicio permite no sólo el envío de mensajes sino también la transmisión de imágenes, videos y audio, así como, eventualmente, la localización del usuario.
WhatsApp Inc tiene su sede en Silicon Valley (California, EE.UU) y fue adquirida por Facebook Inc. en 2014 por la suma de 22.000 millones de dólares. Facebook Inc. controla la mayoría del capital de Facebook Argentina SRL, sociedad constituida y radicada en nuestro país, lo que denominamos "control de derecho" en materia societaria.
Cuando enviamos un whatsapp, el texto (contenido) sale de nuestro celular, es recibido en el servidor de la empresa y de allí se dispara al celular receptor. El mensaje hace escala en el servidor.
Brasil versus WhatsApp, mucho más que una causa judicial, por Ariel Torres
El servidor es como un gran almacén de pueblo donde podemos encontrar desde galletitas, ruedas, hasta pañales. La única diferencia está dada en que un servidor contiene productos digitales intercambiados entre usuarios a los que puede identificarse por su dirección de IP.
La dirección IP es como la dirección de nuestra casa; un número único que identifica a cada equipo o dispositivo en Internet ya sea una computadora de escritorio, una laptop, tableta o un teléfono celular.
Según los términos de uso de esta aplicación el contenido de los mensajes enviados no es copiado o archivado "en el normal curso de los negocios". Esta última frase la podemos interpretar como una puerta abierta o cerrada, según el caso, y está vinculada a un estándar de diligencia y razonabilidad.
Los mismos términos de uso refieren que WhatsApp puede retener la fecha y la hora en que un mensaje fue enviado como así también el número del smartphone remitente o destinatario, a lo que se agrega la posibilidad de revelar información, actuando de buena fe, si dicha información fuere requerida por ley o autoridad judicial.
En otras palabras, si bien y como principio, de acuerdo a los términos de uso de la aplicación, los mensajes serían eliminados del servidor, todo autoriza suponer que no lo son y que su historial se mantiene y podría ser revelado en juicio, actuando la empresa en el curso normal de sus negocios y ante una orden judicial.
En conclusión, Whatsapp debe cumplir una orden judicial y remitir el historial de mensajes que guarda en sus servidores, máxime cuando la integridad de los menores está en juego (como en el caso de pedofilia en Brasil) o cuando las instituciones y un eventual crimen se investiga, como en el caso de Alberto Nisman.
Más leídas de Sociedad
Trekking y un paisaje lunar. El destino invernal que en Semana Santa cautiva con la magia de los colores otoñales
Las cinco P venenosas. Un científico obsesionado con la longevidad da consejos para alargar la juventud y también la salud
Incendio fatal en Córdoba. Un joven estudiante murió tras caer al vacío desde un piso 12