Se trata de una hierba antigua cuyos primeros usos estaban destinados a la prevención y el tratamiento de enfermedades. Hoy, es la base de la cocina mediterránea.
El ajo ha sido utilizado por las sociedades con fines medicinales: como antibiótico para tratar las afecciones que producían las epidemias, como el cólera o la influenza, pero también para mantener sanos y fuertes a los guerreros, curar y limpiar heridas.
Incluso fue considerado como un objeto supersticioso, ya que se creía que colgarlo alrededor del cuello o colocarlo en casas, por ejemplo, en ventanas o puertas, era una manera de alejar la mala suerte”
National Institutes of Health
Es fuente de hidratos de carbono fructanos, que actúan como fibra sobre la microbiota intestinal y sirven como prebióticos para el intestino. A su vez es rico en minerales que regulan el nivel de azúcar en sangre y, se ocupan del crecimiento y reparación de tejidos”
- Estela Mazzei
Licenciada en Nutrición
Los flavonoides, pigmentos naturales que protegen al organismo del daño oxidante, también están presentes.
Puede tener resultados positivos sobre factores de riesgo cardiovascular debido a que contribuye a reducir la hiperlipidemia, la hipertensión y previene la formación de trombos”