El calor se empieza a sentir y la llegada del verano es inminente.
En este contexto, el aire acondicionado convierte en un electrodoméstico imprescindible en los hogares.
A pesar de que su uso es bastante intuitivo, es sabido que la mayoría de los usuarios no le sacan todo el provecho que deberían por desconocer varias de sus herramientas claves para su funcionamiento.
Verano y el aire acondicionado
Una de ellas, y la más importante para esta época en la que se siente la humedad en el ambiente, es el botón “Dry”.
Esta tecla que pocos conocen es de mucha ayuda a la hora de mantener los ambientes del hogar agradables todo el día cuando las altas temperaturas no dan respiro.
Su uso puede ayudar a mejorar la calidad de vida de los integrantes de la familia ya que contribuye a que el aire esté fresco y seco.
Una función poco conocida
Este botón, como indica su nombre en inglés, sirve para reducir la humedad de los ambientes.
Normalmente, está representado en el control con una gota y al ponerlo en funcionamiento en aquellos días en los que el aire está denso, lo que hace es transformarlo para dejar una sensación más agradable en la habitación.
Esta función es ideal cuando el problema no es el calor, sino la pesadez, que es muy común antes y después de las intensas tormentas de verano.
¿Para qué sirve el botón Dry?
Beneficios del botón "Dry"
1) Mejora la sensación térmica: en días con alta humedad y ambientes densos, en los que cuesta dormir y relajarse, esta función le devuelve el confort a los distintos rincones del hogar.
2) Ahorra energía: la función “Dry” consume mucho menos energía que poner el aire acondicionado a enfriar. Al no tener que enfriar el ambiente, el aparato únicamente disminuye la humedad del ambiente, por lo que no necesita exigirse demasiado.
Beneficios del botón "Dry"
3) Previene problemas de salud: al absorber la humedad, el botón “Dry” ayuda a la eliminación de moho, los ácaros y otros alérgenos presentes en el aire. De esta manera, contribuye en la prevención de enfermedades respiratorias.
4) Ayuda a la conservación del hogar: ayuda a proteger las estructuras de la casa, incluyendo paredes, techos y ventanas. Así, prolonga la vida útil de los muebles y los electrodomésticos que están a su alrededor, ya que evita que terminen percudidos por las condiciones climáticas.