El ñire (Nothofagus antarctica), nativo del sur argentino, tiene un follaje que estalla en ocres y dorados y una textura suelta, liviana, casi danzante.
No solo es hermoso: esresiliente al frío, tiene crecimiento contenido y es perfecto para pequeños jardines o como especie estructural en espacios públicos.
Sus ramas y tronco se caracterizan por la presencia de pequeñas manchas de color blanquecino.
Necesita suelos sueltos y drenados.
1) Ñire: otoño en clave nativa
Con su nombre poético (Liriodendron tulipifera) y su porte majestuoso, este árbol sorprende en otoño con un amarillo limpio y brillante.
Pero no todo es estética: su madera es liviana y resistente y su floración primaveral es una joya aparte.
En otoño se tiñe de amarillo dorado.
Es ideal para parques o espacios amplios donde pueda lucir su silueta piramidal.
2) Tulipanero: elegancia y poesía
Conocido también como arce rojo, el Acer rubrum es una bomba cromática.
Necesita otoños fríos para potenciar su color estacional y es un espectáculo sin matices.
Necesita suelos bien drenados y con materia orgánica; en los calcáreos, el crecimiento se estanca y, si es demasiado seco, no se produce coloración otoñal.
En suelos húmedos y ligeramente ácidos, la coloración es impresionante.
3) Acer rubrum: rojo intenso
El Acer saccharinum, o arce plateado, no tiene la intensidad del rubrum, pero sí una elegancia sutil.
Sus hojas verdes claras se vuelven doradas, a veces rojizas, y el envés plateado le da un movimiento especial cuando hay viento.
Tolera el suelo húmedo, crece cerca de ríos y pantanos en su zona de origen.
Sin embargo, el árbol también puede prosperar en lugares más secos.
4) Arce plateado: sutileza que sorprende
El Parrotia persica es uno de los secretos mejor guardados del diseño paisajístico.
Tiene coloración otoñal en tonos rojos, amarillos y púrpuras.
Sus flores, si bien no son muy vistosas, se destacan por aparecer antes que las hojas, de un color naranja, aunque carentes de pétalos.
Tiene un sistema radicular poco profundo y fino, se desarrolla mejor en climas templados a fríos, necesita suelos drenados y profundos.
5) Parrotia persica: la joya persa que nadie conoce