Cinco árboles que arden en color cuando baja la temperatura

JARDÍN

El ñire (Nothofagus antarctica), nativo del sur argentino, tiene un follaje que estalla en ocres y dorados y una textura suelta, liviana, casi danzante.

No solo es hermoso: es resiliente al frío, tiene crecimiento contenido y es perfecto para pequeños jardines o como especie estructural en espacios públicos.

Sus ramas y tronco se caracterizan por la presencia de pequeñas manchas de color blanquecino.

Necesita suelos sueltos y drenados.

1) Ñire: otoño en clave nativa

Con su nombre poético (Liriodendron tulipifera) y su porte majestuoso, este árbol sorprende en otoño con un amarillo limpio y brillante.

Pero no todo es estética: su madera es liviana y resistente y su floración primaveral es una joya aparte.

En otoño se tiñe de amarillo dorado.

Es ideal para parques o espacios amplios donde pueda lucir su silueta piramidal.

2) Tulipanero: elegancia y poesía

Conocido también como arce rojo, el Acer rubrum es una bomba cromática.

Necesita otoños fríos para potenciar su color estacional y es un espectáculo sin matices.

Necesita suelos bien drenados y con materia orgánica; en los calcáreos, el crecimiento se estanca y, si es demasiado seco, no se produce coloración otoñal.

En suelos húmedos y ligeramente ácidos, la coloración es impresionante.

3) Acer rubrum: rojo intenso

El Acer saccharinum, o arce plateado, no tiene la intensidad del rubrum, pero sí una elegancia sutil.

Sus hojas verdes claras se vuelven doradas, a veces rojizas, y el envés plateado le da un movimiento especial cuando hay viento.

Tolera el suelo húmedo, crece cerca de ríos y pantanos en su zona de origen.

Sin embargo, el árbol también puede prosperar en lugares más secos. 

4) Arce plateado: sutileza que sorprende

El Parrotia persica es uno de los secretos mejor guardados del diseño paisajístico.

Tiene coloración otoñal en tonos rojos, amarillos y púrpuras.

Sus flores, si bien no son muy vistosas, se destacan por aparecer antes que las hojas, de un color naranja, aunque carentes de pétalos.

Tiene un sistema radicular poco profundo y fino, se desarrolla mejor en climas templados a fríos, necesita suelos drenados y profundos.

5) Parrotia persica: la joya persa que nadie conoce

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ROSARIO SIBUET

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