Junto con su globalización quedaron demostrados sus increíbles beneficios: la tonificación de todo el cuerpo, la mejora del equilibrio y la corrección de la postura.
También da mayor fuerza, flexibilidad, elasticidad y disminuye el estrés a través de la respiración y la concentración en los movimientos.
Es un buen entrenamiento de bajo impacto que no implica rebotes ni saltos.
1) Pilates
Esta práctica física implica elongar una parte específica del cuerpo con el objetivo de mejorar la elasticidad del músculo y las articulaciones y aumentar el tono muscular.
Es una actividad que, a pesar de tener una denominación propia y contar con clases e instructores, se puede hacer en cualquier momento de la rutina diaria, independientemente de la edad o el nivel de actividad física.
Algunos de los beneficios de incorporar el stretching son: un mejor rendimiento en las actividades físicas, mayor flexibilidad, disminución del riesgo de lesiones, entre otros.
2) Stretching
De origen oriental, esta disciplina es considerada por sus aficionados como una especie de “meditación en movimiento”; motivo por el cual se volvió furor en Occidente.
Está conformado por movimientos realizados de forma lenta y concentrada, que van acompañados de ejercicios de respiración profunda.
La clave es que cada postura fluya hacia la siguiente sin hacer pausas, de esa manera, el cuerpo está en constante movimiento.
3) Taichí
Los ejercicios acuáticos de todo tipo son fantásticos para aceitar el cuerpo y ponerlo en marcha.
El solo hecho de estar flotando descomprime las vértebras y la espalda, imaginate si encima a eso le sumás ejercicio como es el caso del aquagym, la natación u otro.
La versatilidad del agua hace que pueda adaptarse tanto a entrenamientos intensos como a rutinas de recuperación.
4) Natación o ejercicios bajo el agua
Disciplina nacida en la India y ampliamente adoptada en todo el mundo, su nombre proviene del sánscrito y significa unidad porque simboliza la unión del cuerpo y la mente.
Combina la adopción de una serie de posturas, la meditación y técnicas de respiración cuyo objetivo final es lograr la realización personal, mitigar cualquier sufrimiento experimentado y facilitar el acceso a un estado de liberación.
Además de ayudar con el equilibrio, la concentración y la flexibilidad de músculos y tendones, destaca el desarrollo de la propiocepción.