Si un dolor repentino viene acompañado de un chasquido o crujido, es señal de que hay que frenar, dice Mallory Fox, especialista en movimiento en Scottsdale, Arizona. “No todos los chasquidos significan ligamentos o tendones rotos, pero es mejor no arriesgarse“.
¿Escuchaste un ruido?
Las articulaciones merecen especial atención porque contienen tejido blando que puede generar problemas persistentes. Si una articulación parece tambalearse, algo no está bien.
¿Se siente inestable o flojo?
Si la inflamación aparece en 10 minutos o menos, podría ser señal de una lesión más seria, advierte Conor O’Donovan, fisioterapeuta en el Shirley Ryan AbilityLab, en Chicago.
¿Está hinchada?
Si de repente, y a raíz de un dolor, cambia la manera de caminar, o se empieza a cargar el peso en un solo lado, puede ser un indicio de que es mejor parar, dice Darnell. "Si no estás seguro, pedile a alguien que te observe".
¿Cambia la forma de moverse?
“Una rodilla sana debería flexionarse unos 160 grados", dice O’Donovan. “Si hay una lesión de menisco, es posible que sientas resistencia o que se frene en 90 grados".
¿Perdiste movilidad?