El 5 de junio, Lee Min-so, maestra de primaria coreana, describió en su diario el miedo que se apoderó de su cuerpo al entrar en su aula para dar clase:
Un maestro recibió una denuncia tras negarse a la petición de un padre de despertar a su hijo con una llamada telefónica cada mañana. Otro fue denunciado por maltrato emocional tras sacarle las calcomanías de recompensa a un niño que había cortado a su compañero con una tijera.