Una maestra de primaria se suicidó por la presión de los padres de sus alumnos

Crisis educativa en Corea del Sur

El 5 de junio, Lee Min-so, maestra de primaria coreana, describió en su diario el miedo que se apoderó de su cuerpo al entrar en su aula para dar clase: 

Lee Min-so, docente coreana

Siento un presión muy fuerte en el pecho. Me ahogo. Siento que me voy a caer. Ni siquiera sé dónde estoy”

Semanas después, el 18 de julio, sus compañeros la encontraron muerta en el armario de su aula. Park Du-yong, su primo, asumió el papel de detective cuando la policía atribuyó el suicidio a una ruptura amorosa. Las anotaciones en su diario, registros de trabajo y mensajes de texto revelaron que en los meses previos al suicidio, Min-so había sido bombardeada por las quejas de los padres.

A partir de este hecho, decenas de miles de docentes de primaria de Corea del Sur se declararon en huelga para exigir una mayor protección en el trabajo. Dicen que con frecuencia se ven acosados por padres, que los llaman a todas horas del día y los fines de semana.

Además, los acusan de aprovecharse de una ley de bienestar infantil, aprobada en 2014, que dicta que los profesores acusados de maltrato infantil son suspendidos automáticamente.

Un maestro recibió una denuncia tras negarse a la petición de un padre de despertar a su hijo con una llamada telefónica cada mañana. Otro fue denunciado por maltrato emocional tras sacarle las calcomanías de recompensa a un niño que había cortado a su compañero con una tijera.

A esta cultura de la queja de los padres en favor de sus hijos, contribuye lo hipercompetitiva que es la sociedad en Corea del Sur, donde casi todo depende del éxito académico. También debe tenerse en cuenta la presión que sienten las familias hoy en día: si antes tenían cinco o seis hijos, ahora la mayoría sólo tiene uno, lo que significa que sólo tienen una oportunidad de triunfar.

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MATÍAS AVRAMOW

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